Opinión

Sobre la economía española (I)

[dropcap]1.[/dropcap] ¿PERO REALMENTE ESTAMOS YA EN LA RECUPERACIÓN?

Iniciamos hoy un análisis de la economía española para los lectores de La Crónica de Salamanca, partiendo de la pregunta del epígrafe que se oye con frecuencia en toda la España maltratada por lo que debería llamarse “la crisis de nunca acabar”; que empezó en 2008 y que, globalmente, ha tenido una incidencia muy fuerte; en términos de empobrecimiento del país (y más los de bajos ingresos que los de medios y altos), con una caída oficial del 8,5 por 100 del PIB. Pero que algunos estiman en un porcentaje mucho mayor.

Y contestando desde el principio a esa pregunta, convendría recordar el proverbio de “cada uno cuenta la feria, según le va en ella”. Y en ese sentido, es bastante comprensible que quienes están sin trabajo, ni lo vislumbran de momento, que también oficialmente son 4,35 millones (según el INEM, paro registrado), no vean los signos de recuperación en su particular horizonte vital.

Pero si los hechos son tozudos para tanta gente todavía sin optimismo posible, las cifras que pueden presentarse para el caso que nos ocupa, son bastante expresivas: en 2014 ya hubo un crecimiento del PIB del 1,4 por 100, y para el 2015, la previsión se sitúa entre el 2,7 y el 3 por 100; ritmos de expansión que son muy superiores a la media de la Eurozona.

En lo relativo al dinamismo de la economía, también según información del INE, el crecimiento del PIB en un 1,4 por 100 en 2014 se debió, fundamentalmente, al aumento del consumo; que subió un 6,5 por 100 sobre el 2013. Debiendo recordarse aquí que en España esa magnitud representa el 65 por 100 del PIB, y cuya expansión cabe sintetizar así: caída del precio de los hidrocarburos, liberándose renta disponible para consumir en otros productos; aumento del empleo en 440.000 puestos de trabajo neto; cifras de exportación récord de bienes y servicios; y un turismo internacional que batió todos los registros, al llegar a 65 millones de visitantes foráneos.

También está contribuyendo a la recuperación económica, la nueva política del Banco Central Europeo (BCE), suministrando liquidez a la banca privada; condicionando ya cierto volumen de los recursos así asignados a la concesión de créditos a familias y pequeñas empresas, algo que se nota especialmente en el resurgir de las hipotecas.

En el sentido apuntado, cabe subrayar, en apoyo de lo anterior, las palabras del presidente del BCE, Mario Draghi, quien manifesta que «la base de la recuperación de la Eurozona se ha reforzado claramente… por la relajación de las condiciones de crédito conseguida a través de nuevas políticas [el quantitative easing, QE, o adquisición de productos financieros por el BCE], y la depreciación del euro».

También debe señalarse como indicador positivo –aparte de la prima de riesgo por debajo de 100, las emisiones de deuda pública a diez años en el 1,5 y las letras a corto en interés negativo—, en la confianza empresarial, que en la encuesta ad hoc (su 22ª edición), aprecia un marcado optimismo en lo tocante a evolución de los negocios en 2015. Pudiendo decirse que de las expectativas de las empresas europeas para este año, las más favorables son las firmas españolas. Con la especificación de que el 62 por 100 de ellas tiene la previsión de aumentar sus ventas al exterior en 2015, frente al 54 por 100 de un año antes.

2. ALGUNAS ESPECIFICACIONES SOBRE DISTRIBUCIÓN DE LA RENTA

En cuanto a las perspectivas sobre la distribución personal de la renta en España –un tema que se olvida tantas veces injustificadamente—, desde el 2008 se ha producido un deterioro en sus términos, según las mediciones del coeficiente de Gini, que se expresan gráficamente como las curvas de Lorenz; con una mayor concentración del ingreso en una menor parte de la población. Situación que se deriva de la crisis, y que tendencialmente podría mejorar con la recuperación, sobre todo del empleo.

Y ya que estamos en el espacio de los recursos disponibles de la nación en su conjunto, habría de tenerse en cuenta que con la internacionalización de la economía española, se están generando situaciones nuevas, de grandes sumas fuera del país en parte legalmente situadas y en parte no. Con dificultades para hacer precisiones al respecto, a pesar de lo cual,

Gabriel Zucman, profesor de la London School of Economics y autor de «La riqueza oculta de las naciones», se atreve a manifestar –con base en los datos de la Banca Nacional Suiza y estimaciones sobre la economía en jurisdicciones «offshore» de baja tributación—, que una pequeñísima parte de los ciudadanos españoles podría tener depósitos en Suiza 80.000 millones de euros; cantidad que se dispararía a 160.000 millones si se englobaran los patrimonios en todos los territorios de baja tributación. Son cifras sorprendentes, sobre todo después de la amnistía fiscal de facto decretada por el Gobierno Rajoy en 2013. Y en relación con las apreciaciones anteriores, Zucman destaca que las empresas del Ibex 35 tienen presencia en territorios «offshore». Y más concretamente, las filiales del referido selectivo de cotizadas, han pasado de 561 en 2012 a 810 en 2013, un aumento del 44 por 100. Con el dato adicional de que de las 35 del Ibex, sólo Indra no tiene ese tipo de subsidiarias fuera de España.

En lo que concierne a la distribución regional de la renta, el INE nos muestra que durante la crisis ha habido cambios notables en el ranking de las regiones, situándose Madrid en 2014 en el primer puesto per cápita, con 31.000 euros, sustituyendo al País Vasco que antes se situaba en la cúspide. Observándose, al mismo tiempo, un aumento en la brecha interregional, con Extremadura en el nivel más bajo, en sólo el 50 por 100 que Madrid (15.752 euros).

3. MAYORES INGRESOS FISCALES Y MENOR DÉFICIT PÚBLICO

Un elemento también positivo en las previsiones de futuro, consiste en que los ya señalados aumentos del consumo de las familias, el alza del turismo, y la lucha contra el fraude fiscal, contribuyeron a un alza del 8,2 por 100 en los ingresos por el Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA) en 2014; marcando así un nuevo máximo histórico, expresión que es del mayor esfuerzo fiscal exigido a la población española. Con un aumento global de la recaudación en un 3,6 por 100, hasta 174.897 millones de euros, según el último informe de la Agencia Tributaria (AEAT). Aparte está, naturalmente, la recaudación de la seguridad social, que en su conjunto llegó en 2014 a 131.831 millones de euros.

Esa mejora de los ingresos, permitió unas cuentas más alentadoras del sector público en 2014, sobre todo por la evolución en la Administración General del Estado, y en los Ayuntamientos. En cambio, y como en años anteriores, en 2014 las CC.AA. incumplieron los objetivos de ajuste de la política de austeridad. De modo que si no hubiera sido por los 5.662 millones de superávit de las corporaciones locales (0,53 por 100 del PIB), el déficit consolidado del conjunto de las Administraciones Públicas se habría disparado peligrosamente.

Al respecto, la opinión pública está en contra de las CC.AA. que no cumplen los objetivos, y más en concreto, José Luis Escrivá, presidente de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF), ha planteado ya la posibilidad de sancionar a las regiones que, de forma reiterada, incumplen los objetivos de déficit.

En definitiva, España cerró el ejercicio del 2014 con un déficit del 5,72 por 100, frente al objetivo del Gobierno del 5,50, pero en un nivel aceptable para las previsiones globales de la Eurozona. Y de seguir en esa senda, tal vez sea factible situarnos en un déficit del 4,2 en 2016, y del 2,8 en el 2017. En la dirección de déficit cero para 2020, según se prevé en la regla de oro de la Unión Fiscal Europea, que en España ha de atenerse al artículo 135 (enmendado) de la Constitución de 1978.

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