[dropcap]C[/dropcap]omo soy consciente de la existencia de las grandes diferencias y dificultades que hay entre el medio rural y urbano, me gustaría visibilizar la gran labor realizada por las mujeres rurales y del alfoz comprometidas con la actividad política y, que una vez más, se presentan en diferentes candidaturas en este proceso electoral. Son mujeres que conocen las necesidades de sus pueblos, que luchan y se enfrentan, entre otras cosas, al duro machismo que aún pervive en ellos.
La integración en la política rural de las mujeres es todavía más lenta que en el ámbito urbano, sobre todo en ayuntamientos pequeños, pero también vemos como, poco a poco, se van integrando en la estructura política a pesar de la fuerte masculinización que existe y como demuestran las estadísticas en la provincia de Salamanca, donde solo el 12% de mujeres son alcaldesas y el 21% concejalas. Se observa que las mujeres están menos representadas en las listas que los hombres, además de que ocupan más puestos secundarios en el conjunto de pueblos de la provincia. Estas cifras son también duras si hablamos de representación en la Diputación Provincial, donde solo 3 de 25 diputados son mujeres. Espero y confío en un cambio radical después de este proceso electoral y que la representación sea más equilibrada.
[pull_quote_left]La transformación y el desarrollo del medio rural pasa inevitablemente por contar con el trabajo de las mujeres, porque a pesar de los obstáculos que se las ponen, las mujeres siguen estando ahí, participando y dando lo mejor de ellas.[/pull_quote_left]Conozco mujeres con las que comparto espacios ideológicos y que han alcanzado alcaldías en el medio rural y el alfoz realizando una excelente labor y revalidando sus mandatos. Han ejercido su liderazgo con valentía, sin imitar a nadie, siendo ellas mismas y devolviendo a la política su actividad honorable. Cercanas a la gente pero sin necesidad de doblegarse ante nada ni nadie. Son mujeres decididas, formadas y preparadas como lo fue Elena Diego en Villamayor y en la actualidad Concha Hernández en Mogarraz, Carmen García en Doñinos o Carmen Ruano en el Manzano, que han demostrado tanta valía o más que los hombres. Sin imitar a nadie, imponiendo su propio estilo y siendo ellas mismas.
Mi admiración a las mujeres incansables que se presentan como candidatas en esta nueva contienda electoral, desde la cabecera de lista a la suplente y que calladamente han desarrollado una importante labor política con perseverancia y entrega. Mujeres fiables con fuerza, amables, cercanas, honestas, con bagaje político y capacidad para afrontar nuevos retos como Carmen Cabrera en Santa Marta, Carmen Ávila en Peñaranda o la joven Tamara Nuño en Ledesma. Todas ellas lucharán contra la adversidad para mejorar la calidad de vida de sus vecinos, un lujo de candidatas para sus pueblos.
Afortunadamente, la presencia de las mujeres en la política rural y el alfoz se valora positivamente y es de justicia reconocerlo. Está claro que la transformación y el desarrollo del medio rural pasa inevitablemente por contar con el trabajo de las mujeres, porque a pesar de los obstáculos que se las ponen, las mujeres siguen estando ahí, participando y dando lo mejor de ellas.
— oOo —