[dropcap]C[/dropcap]arteles en las farolas por toda la ciudad, globos, banderas, intensa campaña electoral en los medios de comunicación a todas horas, mítines en los que la mayor parte de las veces los líderes políticos solamente buscan el aplauso fácil y llenar hasta la bandera los recintos para demostrar su fortaleza…¿es necesaria tanta campaña electoral?.
Estos días estamos viviendo de una forma muy intensa la campaña electoral para las elecciones municipales y autonómicas que marcaran un nuevo tiempo en muchas comunidades autónomas y municipios de nuestro país. Como campaña electoral hemos tenido cuatro años para ver lo que los partidos que gobiernan hacen, si escuchan o no a los ciudadanos o si cumplen las promesas electorales que antes habían propuesto. Del mismo modo, durante estos cuatro años hemos podido ver si los partidos de la oposición han cumplido su misión, si han realizado propuestas para mejorar los distintos gobiernos.
Por todo ello, ¿es necesaria tanta campaña electoral? ¿Es necesario tanto gasto público para escuchar tantas veces lo que los ciudadanos queremos escuchar? ¿Los ciudadanos votan en función de lo que ven en la campaña electoral?
En primer lugar, la magnitud de la campaña que un partido político puede desarrollar, depende del dinero que tenga ese partido y de la representación actual que tenga dicho partido en el parlamento autonómico o ayuntamiento. Esto es realmente injusto para los partidos nuevos o emergentes, que no tienen los mismos medios para mostrarse a los ciudadanos, constituyendo una total desventaja para ellos.
En segundo lugar, ¿los programas electorales se cumplen? No hace falta más que echar la vista atrás cuatro años para ver lo que es capaz de mentir un partido político con tal de llegar al poder…pero ese es otro asunto. En las campañas siempre se ofrecen soluciones que los partidos saben que no van a poder cumplir. Está siendo muy frecuente estos días ver muchos mítines multitudinarios de políticos que prometen cosas que prometieron hace tiempo, y siempre buscando el aplauso más fácil de los asistentes. ¿Se acordarán de las promesas que hicieron la campaña electoral, o quizá vuelvan a incumplirlas?
Por último, ¿el ciudadano corriente decide su voto durante la campaña electoral? Al contrario que lo que se comenta estos días de que hay un alto porcentaje de indecisos, es muy difícil que alguien decida su voto viendo lo que acontece durante la campaña electoral. Estos días nos bombardean con promesas, fotos, debates en la televisión donde parece que algunos políticos tienen que recurrir a faltar el respeto a sus contrincantes para no dar la cara ante hechos que les pueden provocar una pérdida de votos. Por este motivo, muchas veces pienso que los políticos dudan muchas veces de la inteligencia de los ciudadanos y nos pueden comprar con esos trucos tan baratos, falsas promesas o incluso rostros atractivos de los candidatos. Parece ser que la sociedad española ha evolucionado poco desde el momento en el que Miguel Delibes escribió “El disputado voto del Señor Cayo”, retratando a la sociedad castellano-leonesa durante las primeras elecciones de la Democrática, celebradas en 1977.