[dropcap]E[/dropcap]l barco ha sido tocado pero no hundido, este es el análisis que de forma espontánea me viene a la cabeza tras los resultados de las elecciones celebradas el pasado domingo. Evidentemente, estas elecciones pasarán a la historia como aquellas que supusieron el inicio del cambio, la fractura del bipartidismo; ahora bien, esta fractura no se corresponde con el sufrimiento que hemos padecido en los últimos cuatro años y cuya correspondencia hubiese sido un descalabro de quienes ahora ejercen el poder, lo cual lejos de alegrarme me deja un cierto sabor amargo habida cuenta que los ciudadanos que todavía siguen confiando en ellos son muchos, tantos que numéricamente el Partido Popular sigue siendo el que más votos ha obtenido en términos generales, lo que me lleva al desconsuelo por un lado y al cabreo por otro, con esa parte de la ciudadanía que todavía sigue confiando en los caciques de siempre, en esos que nos han llevado a la precariedad más absoluta en el aspecto económico, social y político. ¿Significa esto que a los ciudadanos les va la marcha?
Sí, todavía existe un amplio sector de nuestra sociedad que tiene cierta vocación de masoquistas, y no me refiero a quienes ocupan una posición privilegiada, económicamente hablando, pues en ellos resulta natural que voten a quienes les están protegiendo y fomentando sus intereses especuladores, sino a aquellos que aún habiéndoseles privado de derechos y libertades, todavía siguen creyendo en los salvadores de la patria, como se autodenominan quienes sin pudor los utilizan para mantenerse en el poder a cualquier precio, difundiendo valores y principios de una rancia España que antepone religión a justicia social y el cáliz al sufrimiento consecuencia de la desigualdad entre ricos y pobres; valores en los que ellos mismos no creen y, por supuesto, menos practican, si tenemos en cuenta la inmundicia política que existe en sus filas con un gran número de imputados y condenados a lo largo y ancho de todo el territorio nacional por delitos contra la hacienda pública, evasión de capitales, blanqueo de dinero, prevaricación, cohecho, etc.
[pull_quote_left]Los partidos de nueva creación, a pesar de su pretensión de barrer en estas elecciones, no lo han conseguido, lo cual, lejos del conformismo de haber logrado cierta victoria por los pactos de gobernabilidad a los que puedan llegar, les debería hacer reflexionar con espíritu autocrítico[/pull_quote_left]No obstante, lo dicho hasta el momento, toda la responsabilidad, a mi juicio, no debe recaer solamente en la práctica pervertida del masoquismo por las ciudadanas y ciudadanos a los que me he referido, sino también en aquellos partidos de nueva creación que a pesar de su pretensión de barrer en estas elecciones no lo han conseguido, lo cual, lejos del conformismo de haber logrado cierta victoria por los pactos de gobernabilidad a los que puedan llegar, les debería hacer reflexionar con espíritu autocrítico del porqué la ciudadanía de este país no ha terminado de confiar en ellos, al margen, por supuesto, de la feroz crítica de la que han sido objeto por la hegemónica fuerza hasta el momento del tándem PP-PSOE -dicho sea de paso, basada en el miedo y en el juego sucio-, reacción lógica, por otra parte, cuando han visto peligrar su modus vivendi, y cuyo efecto ha sido que muchos ciudadanos se hayan visto desorientados a la hora de votar, en la elección entre los de siempre o partidos que por desconocidos han dudado de su capacidad de gestión.
En definitiva, creo que, salvo excepciones en algunas ciudades y pueblos cuya victoria es más que evidente, a estos nuevos partidos les queda un gran trabajo de acercamiento a los ciudadanos, abandonando la autocomplacencia que algunos de sus dirigentes cegados por el ascenso vertiginoso en el escalafón de su organización ha provocado que no hayan hecho bien su trabajo de convencer suficientemente a los votantes de su capacidad de gestión pública, sin perjuicio, también en algunos casos, de la falta de ese liderazgo natural necesario para poder convencer y mantener a sus seguidores.
Espero, por el bien de todos, que ese ejercicio de autocrítica se lleve a cabo porque sino en las elecciones generales cuya celebración se prevé en otoño de este año, tendremos lo que nos merecemos, es decir, más de lo mismo por no haber conseguido hundir el barco de una vieja democracia partidista cuyo palo mayor se encuentra en grave estado de deterioro por más de treinta y cinco años de ejercicio de poder de una manera interesada y defraudadora de los intereses generales, navegando a la deriva de los acontecimientos de la globalización, fundamentalmente de los mercados financieros, sacrificando en la mayoría de los casos la soberanía nacional.
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4 comentarios en «Tocado, pero no hundido»
Tiene razón, yo a los de PODEMOS no los he visto por mi barrio (Pizarrales) y eso que aquí la mayoría somos obreros y parados, y no me refiero en campaña que ya se que han ido con Ganemos, cosa que no entiendo ¿Será que los obreros no les interesamos? o es que les gusta hacer más el hacer teatro en la Plaza Mayor… En este barrio tenemos muchos problemas y necesitamos que alguien se preocupe de nosotros sin pedir nada a cambio, así que a ver si se pierden un poco por aquí…
Creo que PODEMOS tiene mucho trabajo por delante, sobre todo quitarse la fama de comunistas que el PP maliciosamente le ha puesto por la ideología de algunos de sus dirigentes, así como de extremistas por querer cambiar la constitución. O es que los del
PP todavía no se han enterado que la propia Constitución dedica unos de sus títulos precisamente a su reforma, sobre todo cuando se persigue una Constitución más social y adaptada a los nuevos tiempos y no la que hicieron los herederos del
Franquismo. Felicidades Feliciano por este artículo y por tu visión de futuro de los acontecimientos.
Pues estoy de acuerdo contigo, aunque el artículo, en muchas cosas tiene razón, pero todo, con calma. Ya se irán viendo los aciertos y los errores.
Y lo que está claro, que a la gente le cuesta mucho cambiar y con la mierda que echó el partido del gobierno muchos se lo piensan antes de votar algo nuevo.
cómo pueden los del PP asustar a la gente con PODEMOS y el comunismo? Saben acaso que es el comunismo? Las clases de comunismo que hay? Ellos precisamente herederos del
Franquismo que han saqueado el país en beneficio de unos cuantos con las privatizaciones? No se puede ser mas mezquino. Bien Feliciano por tu análisis,