Opinión

Fin de curso…

[dropcap]C[/dropcap]on las altas temperaturas que nos han sorprendido gratamente esta semana iremos viendo poco a poco cómo la naturaleza verde y colorida de la primavera va dejando paso a ese amarillo tan característico de las tardes de junio. Las noches son cada vez más cálidas con ese sonido de los grillos –que puede escucharse en el campo- y ese olor a verano que está llegando poco a poco.
La llegada del buen tiempo también se nota de forma muy especial en las calles del centro de salamanca, con abarrotadas terrazas hasta altas horas de la noche. Un sinfín de despedidas de soltero o soltera llenan las calles salmantinas durante los fines de semana –no voy a discutir si para bien o para mal de la ciudad el hecho de que la estén convirtiendo en un parque temático de las despedidas de soltero-, una alegría que se puede ver en los parques, en los paseos…y la verdad es que parece que el sol nos llena a todos de energía después de pasar un invierno muy largo…

Pero no todo son alegrías en estas fechas. Los fines de curso en muchas ocasiones son traumáticos, y no precisamente por ser la época con más trabajo, exámenes y cuyo clima no acompaña en absoluto para el desarrollo de tales tareas. Son muchos los niños en el colegio que no volverán a ver a sus amigos hasta la vuelta en septiembre, lo que entristece bastante la llegada del verano. Son muchos los alumnos de primaria que dejan definitivamente sus colegios para empezar una nueva etapa académica en los institutos de educación secundaria, o los estudiantes que finalizan el bachillerato y estos días se examinarán de las pruebas de acceso a la universidad –última selectividad según se tiene previsto-.

Finalizado el curso, muchos no volverán a tener cerca a sus compañeros de fatigas del instituto, y más aún cuando muchos abandonan la ciudad para trabajar o estudiar en otras ciudades de España. Pero quienes más añorarán la ciudad de Salamanca son todos aquellos universitarios que han permanecido sus años de carrera, han disfrutado de los mejores años de su vida, han conocido grades amigos y que después de años de esfuerzo como estudiantes universitarios dejarán para siempre esta ciudad. Salamanca permanecerá siempre en sus recuerdos –y no solamente por las fotos de la orla que han recogido estos días, o por la ceremonia de su graduación-.

En menos de un mes, el bullicio estudiantil que caracteriza y enriquece nuestra ciudad irá habrá desaparecido por completo, dejando paso a una ciudad tranquila para el disfrute de muchos turistas o estudiantes extranjeros que cada verano visitan nuestra ciudad. Una ciudad que ofrece el encanto de su riqueza artística, sus rincones y su piedra de Villamayor –que con el sol de verano parece más dorada aún- que junto con su cielo azul intenso la hace un sitio encantador para visitar.

Antes de que nos demos cuenta..llegará el final del verano, y empezará un nuevo curso: nuevos estudiantes, nuevas ilusiones y nuevos proyectos. Salamanca volverá a abrir los brazos a otros miles de estudiantes…y otra vez la historia se repetirá. Hasta entonces, a los que nos queda poco tiempo por esta ciudad solamente nos queda aprovechar al máximo los últimos cartuchos que esta ciudad nos puede ofrecer. A los que se van para siempre, desearles que digan con orgullo que han vivido estos años en Salamanca. Así lo dijo uno de los grandes de nuestra literatura:

“Salamanca que enhechiza la voluntad de volver a ella a todos los que la apacibilidad de su vivienda han gustado”
(Miguel de Cervantes)

Por José Manuel Muñoz Félix

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