Alejandro Sánchez Palomero ha participado en dos Juegos Paralímpicos, los de Pekín y los de Londres, en la capital de China se colgó una medalla de bronce, en la de Inglaterra no tuvo tanta suerte. Al volver de Londres dejó la competición, pero la ha retomado, ahora practicando otra disciplina, el triatlón, en el que ya ha conseguido victorias.
Por curiosidad. ¿Cómo se alimenta un deportista de élite?
Pensando mucho en cómo hacerlo. A todo el mundo le gustan las mismas cosas y los mismos pecados, pero hay que saber qué te viene bien y qué no y cuándo te viene mejor un alimento u otro.
¿Cuántos pasteles se permite a la semana?
Ninguno, porque no me gustan mucho. El único pecadillo es el chocolate, pero puedo sobrevivir sin él y con una onza de la tableta me vale.
¿Quién le marca la alimentación, su entrenador?
No, es algo que yo me marco por los años que llevo compitiendo. Sé que los hidratos vienen muy bien en periodos de mucha carga y en recuperación, pero no hay que abusar de ellos cuanto estás afinando y de cara a una competición tomar demasiados hidratos es malo, porque se convierte rápidamente en grasa y acumulación. Intento comer sano y natural, ensaladas, cosas a la plancha con poco aceite,… nada del otro mundo. Sólo intento cuidarme.
¿No pasa hambre?
No, para nada, cuando el cuerpo me pide comer, le hago caso. (Risas)
¿Cuánto tiempo le dedica a entrenar su mente?
Soy una persona que me he dedicado mucho a mi mente, quizá por las circunstancias de mi vida, sufrí un accidente a los 17 años, y es una edad complicada y con muchos cambios a nivel físico y psíquico, con muchos proyectos para empezar un futuro y que al final se cortan por circunstancias ajenas a ti. Eso no quita que no trabaje en la concentración, en los ejercicios de técnica, pero no sé qué tiempo le dedico, porque es un trabajo constante.
¿Cuántos entrenadores tiene?
De triatlón, uno, Guillermo Gómez, pero tengo muchos ayudantes y colaboradores que me echan una mano como Antonio Bores, preparador físico, David García o Javier que me ayudan en temas físicos y para la bicicleta,… Tengo bastante personas que me ayudan de manera altruista porque son amigos míos.
¿Tiene psicólogo deportivo?
No, recurrí cuando tuve el accidente, pero ahora no. He hecho un máster de coaching y esto me ayuda mucho. De momento no he necesitado esa labor, pero entiendo que exista y creo que es muy necesario para preparar el entrenamiento mental.
Sobre todo en lo deportes individuales, como el suyo…
Pero, también para los que trabajan en equipo para saber cuál es tú labor y para qué es esa labor. No sólo para el beneficio personal, más bien para el bien común y sentirte parte de un equipo. Soy más del coaching que del piscólogo, porque es algo que me ha tocado, pero entiendo que cada faceta tiene su espacio y todo es respetable, porque todos trabajamos para lo mismo.
¿Por qué ciclismo, atletismo y natación?
La natación es de toda la vida, desde los tres años. Elegí el triatlón por mi entrenador, que es triatleta. Siempre me atrajo mucho, porque es un deporte muy difícil al englobar tres modalidades que para nada son sencillas. Empecé porque había dejado la natación después de los Juegos Paralímpicos de Londres y me vi muy gordo, por lo que dije: ‘Algo tengo que hacer’ (Risas) Y al empezar de cero, pues me lancé al triatlón, un poco por casualidad y amistades.
¿Le está gustando?
Mucho. La verdad es que estoy encantado, porque es un deporte igual de duro que gratificante y sobre todo, estoy feliz porque me ha vuelto la pasión que perdí con la natación al volver de Londres y por circunstancias ajenas al deporte. Perdí toda esa ilusión que me había dado el deporte y la he recuperado con creces. Además, tengo la suerte de que me han venido victorias y eso ayuda.
¿Qué le ha dado el deporte?
El deporte me lo ha dado todo. Me ha enseñado a ser una persona luchadora, a esforzarme en lo que hago, a no rendirme a pesar de las dificultades, a saber que a veces se gana, pero casi siempre se pierde,… Independientemente de esto, me ha ayudado a superar un accidente y una situación muy complicada que si no hubiera sido por el deporte, quizá no hubiera levantado cabeza o me hubiera quedado estancado en esos 17 años y en ese cambio de vida que se paró por completo.
¿Le veremos en Río de Janeiro?
Lamentablemente no, pero no porque yo no quiera. El paratriatlón va a ser olímpico por primera vez en Río de Janeiro, pero actualmente hay cinco categorías de discapacidad y sólo van a ir tres y yo, con mi suerte habitual, me he quedado fuera para Rio de Janeiro. No tengo posibilidades de ir, pero seguiremos luchando por campeonatos del mundo, series mundiales y esperando a 2020 y que en Tokio entre todas las categorías o no.
Usted ya sabe lo que es ir a unos Juegos Paralímpicos…
Sí, he estado en dos, Pekín y Londres, y es la mejor experiencia deportiva que puede tener un atleta. No sólo por formar parte de una selección, del orgullo que supone ser un deportista que está representando a su país, más bien por convivir con tantos deportistas en una villa. Es todo espectacular. Es vivir un constante sueño. Además, viví las dos circunstancias, en Pekin, la gloria al ganar la medalla de bronce, y en Londres, donde todo fue mal. He podido aprender de ambas. Me quedo con las dos experiencias, porque fueron igual de intensas.
Nunca se sabe donde aprendes más si en la derrota o en la victoria…
Posiblemente me enseñó más la derrota, aunque se aprende más fácil ganando. Cuando todo va bien es más sencillo asumir que todo va bien, pero cuando se pierde, que es la mayoría de las veces, ganar sólo gana uno, lo que no podemos permitir es aprender sólo de lo bueno. Después de Londres me sentí fracasado deportivamente, pero hice el proceso mental y me he dado cuenta que en Pekín mi triunfo fue una medalla de bronce y en Londres fueron otras cosas, como que no me rendí,… ¿Qué los resultados no fueron los que yo esperaba? Bueno, pero el éxito no está sólo en los resultados, está en más cosas.
El esfuerzo fue el mismo para llegar a Pekín y a Londres…
Sí, pero las circunstancias no eran las mismas, los contrincantes tampoco,… Incluso durante la competición, no todos los días son iguales, más aún en la natación, donde el agua es un medio extraño para nosotros.
Para usted que es más importante: ¿El talento, el esfuerzo, las condiciones físicas, la disciplina,…?
Es un cúmulo de todo. Es importante tener talento, es importantísimo tener disciplina, pero también la voluntad. Parece que una cosa sin la otra no sirve de nada, porque las personas con talento si se quedan en su casa, el talento se acaba pudriendo. Puedes ser muy disciplinado, pero si no tienes un sueño por el que centrarte, tampoco te va a servir de nada. Creo que como en la vida, hay que tener un equilibrio para que todo avance.