Miles de personas presenciaron este domingo el primer espectáculo de los espantos de Ledesma, uno de los principales atractivos de las fiestas del Corpus de la villa.
Sin solución de continuidad, la vaquilla del aguardiente en la plaza de toros dio paso a los espantos, que, como suele ser habitual, reúnen a miles de personas llegadas desde distintas provincias (incluso Portugal) para presenciar las carreras de los toros guiados por los cabestros y toda la manada por los jinetes, hasta que las reses se cansan y empiezan a acometer contra las protecciones en las que buscan seguridad los espectadores. Otros tratan de lidiar los toros o espantarlos, que es lo que le da nombre al espectáculo.
La adrenalina ante algunos comportamientos temerarios y la expectativa de los toros acaben cogiendo a alguien (a punto estuvieron algunos de llevarse una cornada) mantienen la emoción durante toda la mañana, a pesar del calor.
Este domingo es eminentemente taurino en Ledesma, porque por la tarde se programó una novillada para cerrar el día con una verbena.




















