Lucía Risueño es licenciada en Psicología Social y del Trabajo: mejorar la vida de las personas en su vida laboral – PRL y está preparando su tesis doctoral sobre “La Ergonomía Laboral Preventiva: más allá de la Ley de Prevención”, es técnico superior en Prevención de Riesgos Laborales y asesor de trabajadores y empresas
[dropcap]S[/dropcap]i bien ya llevamos unos días de temperaturas altas y bochorno, la época estival está a punto de llegar y con ella el calor será oficial. Estas condiciones climatológicas son las ideales para disfrutar del descanso y relax de las vacaciones, sin embargo, no es así si precisamos permanecer en activo y trabajar.
La exposición a altas temperaturas puede provocar una insuficiente respuesta de nuestro sistema termorregulador, alterando funciones vitales cuando el cuerpo no es capaz de compensar las variaciones de temperatura corporal que se generan, especialmente, por la pérdida de agua y electrolitos, necesarios para el funcionamiento normal del organismo.
La causa del problema no es sólo la temperatura ambiental, sino la acumulación excesiva de calor en el organismo. Normalmente, un individuo sano tolera una variación de su temperatura interna de aproximadamente 3o C sin que sus condiciones físicas y mentales se alteren de forma importante, pero a partir de ese nivel, pueden producirse problemas serios en su salud.
Los problemas que se pueden originar, revisten diversa gravedad. Están las erupciones y quemaduras en la piel, edemas en las extremidades, calambres musculares, deshidratación, agotamiento o insolación. Pero el más grave es el llamado golpe de calor, en el que la temperatura corporal supera los 40.6oC,pudiendo ocasionar lesionesmultiorgánicas, inducir un coma o resultar mortal. Entre los síntomas para detectarlo están la elevación mencionada en la temperatura, taquicardias, respiración rápida, cefalea, náuseas y vómitos, piel seca y caliente (ausencia de sudoración), confusión y convulsiones, pérdida de consciencia y pupilas dilatadas.
Si bien la temperatura ambiental es un factor importante, este se ve agravado en los casos en los que el tipo de trabajo conlleva una intensa actividad física, generando una acumulación excesiva de calor en el organismo. Cuando los trabajos se desempeñan a la intemperie, esta circunstancia es puntual, durante sólo una época del año, no contando, muchas veces, con medidas de prevención específicas, como sucede en otros casos donde el estrés por calor es un problema durante todo el año.
Entre los factores de riesgo están la exposición a temperaturas y humedades relativas altas, la ventilación escasa, la exposición directa a los rayos del sol, la realización de trabajo físico intenso, insuficientes pausas de recuperación y el uso de equipos de protección individual que impidan la evaporación del sudor necesaria.
Ademáshay factores personales que incrementan el riesgo de accidente como son, por ejemplo, el hecho de padecer enfermedades crónicas de tipo cardiovascular, respiratorias o diabetes, sobrepeso, o insuficiencia renal; la falta de aclimatación,no disponer delas condiciones físicas necesarias para la ejecución de tareas físicas intensas,la ingesta de medicamentos como antihistamínicos, diuréticos o antidepresivos y el consumo de sustancias tóxicas como alcohol o cafeína.
Según indica el INSHT en su documento específico “Trabajar con calor”, entre las medidas preventivas que pueden adoptarse están:
- Portar ropas de tejido ligero, colores claros y proteger la cabeza con gorra o sombrero.
- El limitar las tareas que requieren un consumo de energía elevado, planificándolas en las horas de menos calor, adaptando, si es preciso, los horarios de trabajo y proporcionando ayudas mecánicas si es posible.
- Disponer de agua fresca en las proximidades del puesto de trabajo.
- Habilitar zonas de sombra o locales climatizados (ventiladores, aire acondicionado, persianas, estores, toldos, etc.) para el descanso de los trabajadores.
- Acortar el tiempo o la intensidad de la exposición, haciendo rotaciones con otras tareas menos exigentes. Considerar el tiempo de aclimatación mencionado en párrafos anteriores.
- Permitir al trabajador, en la medida de lo posible, adaptar el ritmo de su trabajo.
- Disfrutemos de las agradables temperaturas estivales, pero con precaución, especialmente, durante nuestra jornada laboral.
Más información en: Asesoría en Prevención de Riesgos Laborales



















