El comedor de los pobres repartió este viernes casi diez toneladas de alimentos entre las familias que se han visto afectadas por el cierre de los comedores escolares.
Rocío Ledesma, coordinadora del comedor, explica que «durante los últimos días, tras el cierre de los comedores escolares muchas personas han llamado a la puerta solicitando ayuda para el verano, y cuando el timbre suena nuestro corazón siente».
Ledesma señala que se trata de ser solidarios «con todo aquel que lo necesita, con el que sufre, con el que llora, con el que vive de manera precaria, con el que se avergüenza, con el que no se atreve casi a llamar a la puerta. Solidaridad para crear fraternidad, solidaridad para empatizar con cada persona, solidaridad para amar».
El objetivo de la iniciativa desarrollada este viernes era «cubrir las necesidades del verano, para que en las casas puedan cocinar y disponer de lo necesario, leche, aceite, carne, legumbres... Casi 10.000 kg de alimentos repartidos a casi un millar de personas para que no falte nada en las casas y podamos vivir en igualdad y sin crear diferencias», concluye.
