Camioneros, taxistas, agentes de seguridad y conductores en general acudieron a la bendición de sus vehículos
[dropcap]R[/dropcap]ayaba la una de la tarde cuando comenzaron a procesionar camiones de gran tonelaje, furgonetas, clásicos, taxis y los vehículos de los agentes de seguridad frente a la imagen de San Cristóbal, su patrón. El padre Gabino Martín bendijo uno a uno cuántos camiones y coches pasaron. Los claxons pusieron la banda sonora a esta tarde calurosa de principios de verano.
Entre los vehículos que desfilaron para ser bendecidos estaban los tres camiones de la familia Macías. Los conductores y sus familias no se perdieron tan tradicional festividad, porque viajan y a veces «muy lejos».
Coches clásicos también se dejaron bendecir. Destellaba un coche gris plata ante los reflejos del sol. Belisario Domínguez, su orgulloso dueño, nos contó que fue su primer coche. Lo compró en París, cuando regresó a España se lo dejó a un amigo. Pasaron los años, no se olvidó del Lancia Fluvia que compró en 1968 y le dijo a su amigo que quería recuperarlo. Lo restauró y hoy ha recibido la bendición para que siga tirando millas.
Cada coche, cada camión tiene su historia, porque tiene las vivencias de sus conductores.
Sólo un apunte preocupante ensombreció la jornada, una ambulancia tuvo que acercarse hasta el colegio San Agustín, donde se oficiaba la misa en honor de San Cristóbal, para atender a una persona debido a que le había dado un mareo por el excesivo calor.
La jornada festiva concluye con una comida en fraternidad.
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