[dropcap]E[/dropcap]stamos atravesando uno de los meses de julio más calurosos de los últimos años. La vida en Salamanca, con temperaturas que superar diariamente a los 35ºC se hace difícil y agotadora si tenemos en cuenta el peso de todo el curso. Son muchas personas las que pueden alejarse estos días de la ciudad hacia lugares más frescos, a pesar de que otras no corren la misma suerte.
Como todos los veranos, muchas familias disfrutan unos días en los lugares costeros, o disfrutan de largas estancias en los pueblos de nuestra provincia. Esta última opción ha ido ganando peso estos últimos años debido a la situación económica por la que atraviesan muchas familias estos años de crisis económica…y la verdad es que no es una opción mala. El pueblo te ofrece mucha tranquilidad, descanso, ocio, un menor gasto económico, desconexión, y ante todo volverte a reunir con familiares y amigos que solamente ves durante estos días.
Los pueblos de nuestra provincia comienzan a revitalizarse en estas fechas, alcanzando su punto más álgido en las llamadas fiestas de agosto, cuando en pocos días se reunirán numerosos descendientes de ese pueblo que durante todo el año se encuentran repartidos por todo el país y el extranjero. Son días para las que muchas personas llevan esperando todo el año e intentan disfrutar al máximo junto a sus raíces.
Sin duda los meses de verano suponen un gran balón de oxígeno para la vida de los pueblos. Muchos de ellos llevan todo el año esperando con tristeza, pero con esperanza que lleguen esta época. Los hábitos de los vecinos de los pueblos cambia radicalmente en las épocas estivales: muchos de ellos se reúnen en las piscinas, en los “chiringuitos” y terrazas, y es muy frecuente observar en muchas calles a muchas personas sentadas “al fresco” al anochecer, para disfrutar de la tranquilidad que ofrecen las noches veraniegas en los pueblos.
Quienes posiblemente disfruten más de los pueblos en verano son los niños y los adolescentes. Para ellos, los tres meses que dura el verano se les hacen cortos. Las bicicletas y las pandillas toman el protagonismo estos días. Para los que fuimos niños en los años ochenta y en los años noventa resulta muy agradable ver cómo todas estas tradiciones siguen vivas en los pueblos, a pesar de que hoy en día los niños gozan de otras alternativas de ocio que les proporcionan las nuevas tecnologías, ya que los videojuegos y los móviles han ido sustituyendo a los juegos tradicionales que practicábamos los niños en las calles durante el verano.
Otras costumbres han cambiado debido al progreso de muchos pueblos, ya que en muchos de ellos se construyó una piscina –gran acierto-, y los niños y jóvenes no tuvieron que volver a bañarse en los ríos y charcas que se iban secando a medida que transcurrían los días de verano. A pesar de estos cambios, la esencia sigue siendo la misma: largos días que se hacen cortos entre momentos de ocio y preparativos de las fiestas patronales: las típicas peñas, compras, camisetas..etc.
Por eso, para todas las personas que podemos disfrutar de un pueblo, este es el gran momento del año para saborear los placeres y las oportunidades que nos ofrecen, siendo sin duda la más importante la de encontrarnos cada año con los familiares y amigos que tenemos la suerte de compartir durante el verano.
Es el momento de disfrutar y revitalizar los pueblos…
1 comentario en «Un momento para disfrutar de los pueblos…»
Desgraciadamente los pueblos no se revitalizan en un mes. Si no cambian las políticas territoriales, los pueblos serán pronto una anécdota.