Los niños de “Minichef Summer Camp”, un campamento urbano donde los más pequeños aprenden a cocinar y a hablar inglés, recibieron este viernes la visita de la secretaria general de la Universidad de Salamanca, María Luisa Martín Calvo, a quien sirvieron un desayuno completo en una mesa perfectamente decorada y organizada. Todo realizado por ellos.
Los niños ya no quieren ser astronautas, ahora quieren ser cocineros y reposteros con su propio negocio. Cuando les preguntan a los participantes en el campamento, todos ellos con sus delantales, quienes de ellos querían dedicarse a eso, todos levantaron la mano, emocionados. Ganaron por mayoría los reposteros y los dueños de un restaurante italiano. “Se debe a los programas de televisión, que influyen muchísimo en ellos”, explicaba Mar García, una de las monitoras del campamento. Pero algo influyen este tipo de actividades, ya que los niños se divierten mucho, no hay más que verlo en sus caras.
Piden fotos
Cuando llega la prensa, ellos están terminando de amasar galletas y, emocionados, piden fotos de sus creaciones. Algunos se sienten cohibidos ante tantas cámaras, pero otros ya se sienten como chefs famosos. Cuando llega la secretaria general, la reciben con la mesa puesta. Servilletas perfectamente dobladas, un centro de mesa realizado con flores de colores hechas de servilletas de papel, y hasta azúcar en los bordes de las copas de cristal donde después servirán el zumo. Todo muy profesional.
Después de repasar el menú en inglés, donde muestran sus conocimientos aprendidos en el campamento, los comensales se sientan a la mesa y los niños comienzan a servirles café, zumo, brocheta de frutas, galletas y magdalenas. Mientras los visitantes disfrutan de su desayuno, los niños vuelven a cobrar protagonismo frente a los micrófonos. Como Silvia, una pequeña de 9 años que ha aprendido a hacer su plato favorito, los macarrones. Ella es una de las futuras emprendedoras que tienen pensado abrir un restaurante de todo tipo de comidas, donde servirá lo que más le divirtió hacer en el campamento: los perritos calientes. ¿El mejor momento del día? Cuando pueden comerse lo que han hecho ellos mismos.
Prepararse la comida
El objetivo de esta clase de actividades es que los niños aprendan a preparar ellos mismos comidas como tortillas, hamburguesas, cremas de calabacín, brochetas de frutas… Ellos aseguran que todo eso ya lo habían hecho en casa y que ayudan a menudo a sus padres en la cocina.
Además de la cocina, las monitoras realizan diferentes actividades con ellos, tanto en inglés como en español. Su principal objetivo es que sea didáctico y divertido. Es importante dar la misma importancia a aprender inglés y a cocinar. “No les cuesta nada”, cuenta otra de las monitoras, Ana Merino, “lo cogen a la primera y los niños que repiten saben perfectamente lo que tienen que hacer”. Las monitoras admitieron que no sabían si se lo habían pasado mejor los niños o ellas y contaron algunas anécdotas divertidas como lo gracioso que es ver “cómo les sorprende que suban las magdalenas”.
Texto y fotos: Paula Castro Romo