Un diálogo sembrado de presiones, espinas e inocencias perdidas

• UGT y CCOO cargan contra C’s por su actitud en el diálogo social

• Le acusan de pactar con Mañueco una cosa y con la oposición la contraria sobre este asunto
  

• Mesonero derrota a Mañueco y el alcalde se revuelve para aparecer como adalid del diálogo social

• C’s nada y guarda la ropa, y PSOE y Ganemos siguen desconcertados

Al final, en la guerra para constituir el consejo para el diálogo social, Mesonero, presidente del Confaes, logra torcerle el brazo al alcalde y obligarle a constituir el diálogo social. Mañueco, que se había resistido a crear el consejo, tuvo que capitular ante la encerrona que le organizaron los empresarios y sindicatos junto a la oposición. Luego, para no aparecer como derrotado, quiso liderar el diálogo social. Los sindicatos también ganan influencia y protagonismo. La oposición, en lugar de sacar provecho del éxito de su presión para forzar a Mañueco a constituir el consejo, se ha enzarzado en una discusión aparentemente estéril, por haberse quedado al margen de la mesa en la que, según los sindicatos, sabían de antemano que no podían participar, tal y como estipula la ley.

Para llegar hasta aquí, se ha transitado por un camino de espinas, presiones y, en algunos casos, de inocencias perdidas.

El acuerdo para constituir el consejo para el diálogo social, formado por el equipo de Gobierno municipal, y representantes de Confaes, UGT y CCOO, sigue dando que hablar.

Este lunes el turno ha sido para los sindicatos UGT y CCOO, que han salido al paso de las acusaciones por parte de la oposición de muñir una estrategia para forzar al PP a crear el diálogo social, utilizando como ariete a PSOE, C’s y Ganemos, y luego dejarlos fuera.

Los sindicatos reconocen que llamaron a la oposición para forzar al PP a sentarse y crear el consejo para el diálogo social, después de que Mañueco les diera largas a la solicitud que le formularon en junio. Los agentes sociales, empresarios y sindicatos, temían que el alcalde hiciera de nuevo oídos sordos y no creara el consejo como ya hizo en la legislatura pasada, poniendo en marcha el rodillo de su mayoría absoluta.

Ahora querían ponerle en contra a la oposición, que le gana en votos, y por eso la citaron, junto al PP, a la reunión del 8 de julio en el centro Julián Sánchez El Charro, a la que el PP se negó a asistir a última hora, alegando una excusa peregrina. Se trataba de hacerle ver que si no constituía el consejo para el diálogo social podría perder su primera votación en el pleno del 31 de julio en el pleno, porque la oposición se uniría para sacar adelante una moción con el fin de crear otro foro alternativo para el diálogo social.

El giro copernicano

La encerrona surtió efecto y el PP hizo de la necesidad virtud, de forma que trató de darle la vuelta a la situación. Para que no pareciera que lo habían obligado a crear la mesa del diálogo social en contra de su voluntad, dos días después envió una carta a los agentes sociales proponiéndoles crear el consejo para el Diálogo Social. Así, como suena.

Confaes y UGT y CCOO lograron su objetivo, y el PP se comprometía a crear la mesa. Pero con su movimiento, los agentes sociales habían generado unas expectativas entre la oposición que luego se vieron frustradas, a tenor de lo que los partidos declararon con posterioridad, aunque los sindicatos expresaron su extrañeza, porque aseguran que los partidos opositores sabían que no podían formar parte del consejo.

Incluido C’s, que fue contactado por Mañueco para decirle que iba a constituir el consejo para el diálogo siguiendo el modelo de la ley regional, que solo permite participar en él al gobierno municipal y a las organizaciones empresariales y sindicales más representativas.

Ciudadanos

Eso dicen los sindicatos, y es lo que habría ocultado C’s, que luego con el paso de los días, suscribió junto a PSOE y Ganemos una moción que llevarían al pleno para exigir la constitución de una mesa del diálogo social en la que estuviera la oposición.

Los tres partidos comparecieron el día 22 para explicar su moción, pero C’s ya había decidido antes del día 16 de julio, día de la segunda reunión de los agentes sociales con la oposición, que no iba a apoyarla y que la oposición no estaría en el consejo, porque así se lo había explicado Mañueco. Pese a ello, luego emitió un comunicado en el que decía sentirse «manipulado» por los agentes sociales y que se veía obligado a abstenerse el día 31 en la votación de la moción que ellos mismos suscribieron. Así, como suena.

Este presunto doble juego de C’s es lo que denunciaron este lunes los secretarios provinciales de UGT, José Luis Hernández, y de CCOO, Emilio Pérez. «Que C’s no nos use para justificar su estrategia y su baile de hacer las cosas cuando quiere y con quien quiere», dijo Pérez.

El engendro

Sobre Ganemos y PSOE, ambos mostraron su extrañeza porque, según dijeron este lunes, la oposición sabía desde la reunión del 16 de julio que no podrían participar en el consejo del diálogo social, y que formar otro en el que estuviera la oposición sería «un engendro» que no permitiría gestionar los fondos que lleguen a Salamanca para las cinco áreas sobre las que trabajará el consejo. Y aún así, anunciaron que presentarían la moción en el pleno.

Creen que los partidos han aparecido ante la opinión pública desairados y desconcertados con los agentes sociales porque «habían visto una ocasión de hacer oposición desde el diálogo social».