[dropcap]B[/dropcap]ien dice el refrán que la avaricia rompe el saco, y esto es lo que le está pasando al partido del Gobierno, cuyos dirigentes prometieron gobernar para todos los españoles, lo cual no sólo ya con el incumplimiento de todo su programa electoral han demostrado su gran mentira, sino que, además, por la epidemia de corrupción que están sufriendo, se ve que lo que prima en este partido no es el bienestar de quienes representante, sino el suyo propio.
Es tal la vileza que han demostrado, entendiendo por ésta deslealtad a sus votantes, que les hace indignos de los cargos para los que han sido elegidos, ya que aunque hubiese alguno bueno entre ellos, cosa que me parece imposible, su prestigio queda en duda al pertenecer a un partido político cuya ética es más que dudosa, y en el que la soberbia de sus dirigentes, incluyendo al propio presidente del gobierno, lo arruinan cada vez más por no saber pedir perdón a tiempo y expulsar del partido a todos y cada uno de los implicados en una de las operaciones cuya trama de corrupción no tiene parangón alguno con otras del pasado, como es la “Púnica” en la que se han adjudicado servicios públicos por valor de 250 millones de euros en dos años a cambio de pagos de comisiones ilegales (del 2 al 3 por ciento del volumen del contrato), posteriormente blanqueadas a través de un entramado societario; y en la que han resultado implicados políticos de las más altas esferas del Partido Popular, ediles, funcionarios y empresarios.
[pull_quote_left]La “Púnica” en la que se han adjudicado servicios públicos por valor de 250 millones de euros en dos años a cambio de pagos de comisiones ilegales (del 2 al 3 por ciento del volumen del contrato), posteriormente blanqueadas a través de un entramado societario[/pull_quote_left]Lo que no llego a entender es que todavía se ponga en duda si el Partido Popular, mejor dicho su dirección, estaba enterada de todo este entramado mafioso, pues de otra manera no se puede llamar a quienes presumiblemente se dejan untar para adjudicar un determinado contrato público; y digo que no lo entiendo porque de ser así, es decir de utilizar la tan manida figura del tonto que de nada se entera, es reconocer que ya de por sí son unos incompetentes para el trabajo de gestión política al que se dedican. A estas alturas ¿Quién duda que Esperanza Aguirre, que siempre ha metido y sigue metiendo su nariz arpía en todas las cosas que ocurren en su entorno, no estaba enterada, sobre todo al resultar implicado su mano derecha, Sr. Granados?. Venga, que no nos cuenten cuentos que ya estamos de vuelta.
Nada resulta más denigrante para un ciudadano que fielmente cumple con sus obligaciones públicas, entre ellas las fiscales, máxime con la dificultad que entraña la situación en la que nos encontramos tras la recesión económica por la que eufemísticamente han llamado crisis, o para quienes todavía padecen la situación del desempleo, los desahucios por no poder pagar su vivienda, o que no tienen ayuda a su situación de dependencia; que existan políticos que, en vez de dar ejemplo por el cargo que ocupan, se hayan estado enriqueciendo abusando de una situación privilegiada por el puesto que han desempeñado y siguen desempeñando, para más escarnio de los pacientes ciudadanos, ya que aquí no dimite ni dios.
Estos son los que gobiernan, y si las estadísticas son fiables, espero que no, tal vez vuelvan a hacerse con el poder, lo que ya supone las más burda manifestación de la idiotez de unos ciudadanos que aún a pesar de que se rían en sus propias narices, y por desgracia en la de todos, los vuelven a votar.
Esta es la imagen de España, la marca España, la “ñ” del rebaño de ovejas que todavía siguen creyendo en este tipo de personas, bajo el absurdo convencimiento de que son los menos malos, o por lo menos igual de malos que el resto y, ¿por qué no volverlos a votar?, mejor que nos roben a los que ya conocemos que a otros nuevos.
[pull_quote_left]Nada resulta más denigrante para un ciudadano que fielmente cumple con sus obligaciones públicas, entre ellas las fiscales, que existan políticos que, en vez de dar ejemplo por el cargo que ocupan, se hayan estado enriqueciendo abusando de una situación privilegiada por el puesto que han desempeñado[/pull_quote_left]Indignados no es la palabra que define el estado de quienes nos rebelamos ante situaciones como éstas, ante conversaciones como las grabadas a implicados en esta operación, como ésta en la que se manifiesta: «Estoy tocándome los c…. que para eso me he hecho diputado»; la palabra que realmente define en mi caso como me encuentro es la de asqueado, siento asco por quien sin escrúpulos han convertido esta noble tarea que debería ser la política, en un charca inmunda de corrupción. Siento asco por quienes teniendo la responsabilidad del gobierno del país permiten dentro de su partido a gentuza como ésta. Siento asco por aquellos que aún sufriendo situaciones como ésta la justifican, o peor aún, bajo la doble moral la condenan, pero después los siguen votando.
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3 comentarios en «La ‘Púnica’ y la impudicia del PP»
Dan asco que se aprovechen de sus cargos de esta manera y que la dirección del partido no haga nada, en principio dimitir en bloque.
El descaro, la desvergüenza y la falta de pudor de la gente implicada en esta operación demuestra la catadura moral del partido al que pertenecen, ya que aunque se les llena la boca de su lucha contra la corrupción vemos que todo es pura facha-da. ya que no solamente es la púnica; la Gürtel, Bankia, Barcenas y otros muchos a nivel local, ponen de manifiesto que no se trata de casos aislados. Este partido huele mal, peor que mal. Es insoportable el hedor que desprende. Y al final van a tener razón algunos de sus dirigentes en decir que lo que sucede en su partido es un reflejo de la misma sociedad porque quienes los votan o son igual que ellos o algo funciona mal en su cabeza.
Y los medios de comunicación nada más hacen referencia de cofely olvidando que cofely no es sólo esos sinvergüenzas de la trama púnica, si no que somos un montón de trabajadores que estamos pagando las consecuencias ha habido un ERE y ni tan siquiera una sola referencia de ello. Siempre pagamos los más débiles, que vergüenza de país.