¿A quién representa Podemos?

[dropcap]C[/dropcap]omo ya dije en otra publicación mi dignidad como demócrata me lleva a no subyugarme a quien no me ofrece una mínimas garantías de ser distinto a lo que nos han tenido acostumbrados el tándem PP-PSOE, es por ello que abandoné mi activismo político en Podemos; aspecto que algún lacayo mandado por la Secretaria General de Podemos Salamanca, negó bajo el argumento que no me había ido voluntariamente sino que me había echado la Comisión de Garantías Democráticas estatal. Agradezco los comentarios que en esa misma publicación se hicieron en mi defensa a los cuales ni pongo ni quito, siquiera, una coma; pero sí al que hacía tal afirmación escondiéndose bajo el pseudónimo “indignado”, evidentemente alguien del Consejo Ciudadano del círculo salmantino, para decirle que si fuera vedad lo que afirma estaría dejando en muy mala posición a Podemos puesto que a un servidor no se le ha dado la posibilidad de defenderse bajo la premisa de saber cuál es la acusación y lo que es fundamental, la presunción de inocencia, principio y garantía en un estado democrático, y por ende en un partido político que presume de ser más demócrata y garantista que ninguno de los derechos fundamentales, cual es tener una defensa suficiente en cualquier procedimiento incriminatorio.

Como sé que el tal “indignado” no va a tener la dignidad de desmentir tal afirmación, solamente le digo que para estar en un Consejo Ciudadano de un partido tan democrático, o ser uno de sus palmeros, lo mínimo que tiene que hacer es formarse en conceptos básicos del funcionamiento de un partido político, así como aconsejarle que tenga un poco más de prudencia y controle sus impulsos, posiblemente alimentados por el borreguismo que caracteriza a muchos que defienden este partido ante cualquier crítica por bondadosa que esta sea, porque como bien afirmó alguien en los referidos comentarios, la calumnia y la injuria son uno de los límites a la libertad de expresión, además de su carácter delictivo.

[pull_quote_left]…cabreo con quienes nos toman el pelo vestidos, o mejor dicho dotados de un aura de pureza que para nada es real, como D. Pablo Iglesias, quien con su pertinente obsesión de controlarlo todo ha llevado a su partido a unas primarias tan manipuladas que son lo más parecido al funcionamiento de un partido marxista-leninista de la vieja URSS, donde los compromisarios son fotocopia de quien manda[/pull_quote_left]Disculpen ustedes que me haya entretenido con esta introducción, pero creo que era necesario porque si algo no permito es que mi imagen pueda quedar en entredicho por un descerebrado que se le ocurra decir lo primero que piensa, haciendo flaco favor y una pésima defensa al partido que pertenece, así como para dejar bien sentado que en democracia no todo vale y que, una cosa son los derechos que tenemos y otra los abusos que se puedan hacer de los mismos; pero sobre todo porque no quiero que nadie piense que cuando aquí escribo lo hago para desquitarme de algún tipo de resentimiento, nada más lejos, aunque en este caso sí por cabreo con quienes nos toman el pelo vestidos, o mejor dicho dotados de un aura de pureza que para nada es real, como D. Pablo Iglesias, quien con su pertinente obsesión de controlarlo todo ha llevado a su partido a unas primarias tan manipuladas que son lo más parecido al funcionamiento de un partido marxista-leninista de la vieja URSS, donde los compromisarios son fotocopia de quien manda.

Deben saber los “ciudadanos de a pie” refiriéndome con esta expresión a aquellos que no están duchos en la organización y funcionamiento de los partidos políticos, o más bien, de sus corruptelas internas, que las primarias celebradas por Podemos para elegir los candidatos al Congreso de los Diputados, aparte de su fácil manipulación en el sistema de votación, en el que se desconoce a priori el censo electoral y por lo tanto, la identidad de los votantes, hasta el punto que en más de una provincia ha podido votar algún perro, refiriéndome con ello alguien con datos ficticios, pero lo peor aún, con la más absoluta falta de garantía de los propios resultados y de la transparencia de todo el procedimiento.

Si ya de por sí, tales aspectos denotan que aquí de lo que se trata es que vote, cuanto más gente mejor, sin saber si quien lo hace es una persona, un animal o una cosa, sólo para presumir que son las primarias más concurridas en comparación con otros partidos políticos; sin embargo, lo más grave no es lo dicho, sino la forma en que se han organizado estas primarias y sus resultados, aspecto que ya he puesto de relieve en otra ocasión, al haberlo hecho bajo el concepto de “circunscripción única” que si bien permitía que cualquier círculo territorial, provincial en este caso, de Podemos, presentase su propia candidatura con los avales suficientes, sin embargo la votación en las primarias no lo eran por provincia sino a nivel nacional, lo que supone una desventaja para quienes no son conocidos a nivel estatal, pero sobre todo por tener que competir con quienes están avalados por el propio D. Pablo Iglesias, al formar parte de su candidatura, habiendo sido ésta la ganadora, como era de esperar, y que los elegidos para ser diputados pasen a representar a circunscripciones provinciales de las cuales no proceden.

[pull_quote_left]Aparte de darles un consejo ante sus airadas respuestas a quienes afablemente criticamos sus “raras actitudes”: comprensión y respeto, es lo más importante para convivir con los demás, y sobre todo, no creerse mejor que nadie. Aunque parezca mentira, la humildad en política es algo que ya se empieza a valorar por los ciudadanos que estamos cansados de tanto juego sucio.[/pull_quote_left]Pongamos como ejemplo el elegido para representar a Salamanca, con el nombre de Jorge Lago. ¿Quién es este candidato al Congreso?, ¿quién lo conoce? Pues miren ustedes se trata de un madrileño que dudo que conozca hasta la Plaza Mayor de nuestra bella ciudad, con ello quiero decir que no vive en Salamanca, y que ejerce en la capital de España su labor como sociólogo, editor y profesor, siendo el responsable actual de Cultura y Formación de Podemos, y unos de los principales asesores del Secretario General desde el nacimiento del partido. Se trataría por tanto de lo que se conoce con el nombre de “cunero”, hecho que no solamente se ha producido en Salamanca sino en otras muchas lugares y que el único mérito de estos candidatos es caer bien al omnipotente Sr. Iglesias, quien a dedo los ha puesto al frente o en representación de cada provincia, sin guardar, en muchos casos, ninguna relación con ella.

La pregunta lógica que cualquier persona no hechizada por el partido y sus dirigentes, sería la siguiente: ¿cómo puede representar este señor los intereses de Salamanca si no ha nacido ni vive en esta ciudad?, pues miren ustedes, esto es lo que toca, o como dicen el refrán: “estas son lentejas, si quieren las toman y si no las dejan”. Yo por supuesto, aunque después de abandonar esta formación política dije que los votaría para terminar con la hegemonía del PP-PSOE, y así dar aire nuevo a la vida política de este país, ahora tengo que decir que los vote quien se conforme con el “dedismo” y el “amiguismo” o quien se conforme con el hecho de que represente a su provincia alguien que nada más la conoce, y si acaso, de visita. Yo, por supuesto, no me conformo, y lo digo con todo el dolor por sentirme engañado; aparte de darles un consejo ante sus airadas respuestas a quienes afablemente criticamos sus “raras actitudes”: comprensión y respeto, es lo más importante para convivir con los demás, y sobre todo, no creerse mejor que nadie. Aunque parezca mentira, la humildad en política es algo que ya se empieza a valorar por los ciudadanos que estamos cansados de tanto juego sucio.

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