[dropcap]S[/dropcap]i éramos pocos parió la abuela. Si no teníamos bastante con la desgracias que nos están acarreando las políticas del Partido Popular, ahora vienen los “illuminati” de los independentistas a echar más leña al fuego. Perdónenme, pero es que el refranero español tiene respuesta para casi todo, y lo de la leña viene por eso de que “a mar revuelto ganancia de pescadores”.
En este caso, como en tantas otras ocasiones, estamos ante una gran falacia que, como la mayoría de las actuaciones políticas, inducen al engaño de los ciudadanos por partir de argumentos falsos con cierta apariencia de veracidad, porque hay que decir que Cataluña como provincia o territorio dentro de España lo ha sido desde casi toda su existencia, y decir lo contrario es desconocer la historia. El término España viene de Hispania, y este a su vez del fenicio i-spn-ya para denominar los territorios por estos dominados a lo largo de todo el levante español, desde Gadir (Cádiz) hasta el norte del Ebro en la actual Cataluña (800AC), e incluso estos dominaron Ebussus (Ibiza) desde el 600 AC. Cataluña estaría después dentro de la Iberia griega desarrollando importantes ciudades dentro de la actual Cataluña como Emporion (Ampurias), en Gerona.
Desde luego que hasta nuestros días la historia de España y por ende de Cataluña ha sufrido muchos avatares, pero relacionarlos todos convertirían este artículo en una clase de historia. No obstante, se puede hablar de una Hispania o España unida, con la actual Cataluña dentro de sus fronteras, desde hace 2800 años. Y de una España políticamente unida con visigodos, árabes o cristianos desde hace unos 1500 años.
[pull_quote_left]Se puede hablar de una Hispania o España unida, con la actual Cataluña dentro de sus fronteras, desde hace 2800 años. Y de una España políticamente unida con visigodos, árabes o cristianos desde hace unos 1500 años.[/pull_quote_left]Valga lo dicho como una introducción a mi crítica política, porque entiendo, como no, que el que haya nacido en Cataluña se sienta catalán, igual que el que haya nacido en Andalucía se sienta andaluz, y así se repetiría si hacemos un recorrido por cada una de las Autonomías en las que se divide el territorio español; y, por tanto también puedo entender que por ese sentimiento que cada uno tenemos del territorio en el que hemos nacido defendamos su cultura, su historia, sus costumbres, su idioma, aunque en mi caso soy tan mundano que no me siento de ninguna parte, hasta me cuesta sentirme español con lo que estoy viendo y sufriendo. Pero lo que no puedo entender es que esta defensa que cada uno hace de lo suyo se haga desde la postura de la confrontación y del odio, tanto por parte de los “españolistas” como por parte de los independentistas, en el primer caso desde la postura del gobierno nacional y en la segunda desde la del Gobierno Catalán, personalizada por Artur Mas.
Además de la falacia desmontada de que “Cataluña no es España”, aseverar como hacen algunos políticos, que con la independencia de Cataluña de lo que se trata es de defender uno de los Derechos reconocidos en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, es otra manipulación más, porque cierto es que tal Declaración reconoce como uno de sus derechos la “autodeterminación de los pueblos y naciones”, pero siempre y cuando no tenga un fin secesionista, como es el caso.
Estos días nada más hago que oír en debates en los medios de comunicación, incluidas las redes sociales, estas últimas donde mejor se palpa el sentimiento del pueblo, amenazas, insultos, advertencias, y otras conductas reprobables por el resentimiento que transmiten; que no son más, como he dicho antes que el reflejo que nuestros políticos. Realmente, me da mucha pena que con lo que estamos pasando en todos los lugares de España, consecuencia de la crisis económica y la nefasta política de un gobierno manipulado por los poderes económicos, en vez de unirnos para intentar reflotar la nave entre todos, nos dedicamos como en épocas no muy lejanas a darnos palos los unos a los otros.
[pull_quote_left]Desde luego que en este país tenemos pendiente un debate político referente a los derechos históricos, sobre la autodeterminación de los diferentes pueblos que integran el Estado español dentro de la unidad del país, entre otras cosas porque la organización territorial del Estado que nació en 1978 con la Constitución Española ha demostrado ser un auténtico fracaso[/pull_quote_left]Desde luego que en este país tenemos pendiente un debate político referente a los derechos históricos, sobre la autodeterminación de los diferentes pueblos que integran el Estado español dentro de la unidad del país, entre otras cosas porque la organización territorial del Estado que nació en 1978 con la Constitución Española ha demostrado ser un auténtico fracaso, un modelo mal copiado del modelo italiano, que por su tibieza en el reconocimiento de competencias, por cierto de diferente nivel entre las distintas autonomías, ha sido un nido de conflictos que por su falta de resolución contundente han hecho que cada vez se enquisten más los resentimientos. Me estoy refiriendo con todo ello a la posible configuración del Estado español como un Estado Federalista, con más independencia competencial, económica y financiera de los diferentes Estados federados.
El que ahora no salga Rajoy con un reforma constitucional, como confrontación a la utilización plebiscitaria de las elecciones de Cataluña del 27 de septiembre, acusando a los independentistas de intentar destruir la soberanía nacional, carece de fuerza en su boca después de haberla vendido él a los dictados de la Unión Europea, sobre todo los de la Señora Merkel, pero además, porque plantear una reforma en estos momentos que preceden no sólo a dichas elecciones, sino también a las generales, no dejan de ser una actuación oportunista, aparte de que por lo que se ha dejado entrever, un parche más al fracaso de la España de las Autonomías.
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3 comentarios en «La ruptura de España»
Parece que lo que mola y es de izquierdas es defender los independentismos por eso que la gente tiene que tener derecho a sentirse de donde quiera, cuando la cuestión no es esa, porque cada uno es de donde es le guste o no. Ahora que uno se quiere sentir marciano pues que se sienta, como dice la canción cada loco con su tema, pero lo que no se puede negar es que cualquier independentismo con efectos secesionistas no es un derecho por lo tanto negando la mayor lo demás cae por su peso. Fíjate que yo me siento del pueblo de mi madre, un pueblecito de Asturies que no pasa de cien habitantes, así que voy a pedir la independencia, porque creo que en la época de los galos ya fue independiente con Asterix y Obelix
Todos los «nazionalismos» del siglo XXI tienen similitudes. Aún recordamos como desde los «nazionalismos» castellanos se fomentaba el odio hacia lo «catalán» pidiendo que no se consumieran sus productos. Igualmente recordamos como los «nazionalismos» catalanes se utilizaba cualquier símbolo español para denigrarlo.
Tienen en común que buscan el enfrentamiento violento…para que algunos…los que lo fomentan puedan seguir viviendo del «presupuesto» público correspondiente.
Los «nazionalistas» castellanos han ganado elecciones y vivido del presupuesto de la Junta de Castilla y León fomentando el odio a los catalanes y los «nazionalistas» catalanes han ganado elecciones y vivido del presupuesto de la Generalitat fomentando el odio hacia lo español.
Por tanto, ya tenemos «denominador común»: Los «nazionalismos» fomentar el odio entre los pueblos, las razas, las religiones y de esta forma los «nazionalistas» viven del presupuesto público ganando elección tras elección.
Otra característica de los «nazionalismos» es que siempre pretender «borrar» la historia e imponer su pensamiento único. Ya tenemos aquí otro denominador común: No son democráticos aunque normalmente se amparan en la democracia (gobiernos para la mayoría) para tomar decisiones que nos respetan los derechos humanos más básicos como es el de la libertad. Suelen generar a su alrededor un «odio» al vecino que no piensa como ellos que de forma «violenta» (física o psicológica) acaba por marcharse con su «vida» a otro «sitio».
Todos creíamos que con ETA y el «nazionalismo» excluyente vasco terminaba una negra etapa de la España del odio pero parece que ahora el fuego ha prendido mecha en Cataluña. Muchos son los «vecinos» de pueblos y ciudades pequeñas que ya están preparando la «maleta» y coinciden con aquellos que no cuelgan la «estelada» en sus ventanas.
Erich From (alemán) venía a resumir que los «nazionalistas» son así porque tienen «terror» a la «libertad» y son incapaces de «competir deportivamente» por el derecho a la vida, a ganarse la vida, a ganar ideas compartiendo discusiones sin violencia.
En fin, el daño ya está hecho pero viene desde muy lejos. El 27-S será la fecha maldita de la nueva ruptura de España…gane quien gane la elecciones…la semilla del odio ha prendido de nuevo, en esta ocasión, en Tierras de Cataluña…pero no olvidemos que el «nazionalismo» castellano también habita entre nosotros…
Estas ideas fueron recogidas por quien esto escribe pero inspiradas en largas conversaciones vespertinas con catalanes…cuando todos juntos «odiábamos» hacer la «mili» Jordi…¿aún estás por ahí?…¡¡¡que razón tenías!!!…los naziolalistas son personas que solo buscan vivir del «cuento» fomentando el odio al que no piensa como ellos.
Soy catalán, porque nací en Cataluña. Catalunya, en catalán. Además en Manresa, considerada por los propios catalanes, el corazón de Cataluña.
Debo reconocer que hasta hace pocos años me sentía orgulloso sin me-
recerlo – nadie escoge ni hace méritos para nacer en un lugar o en otro-
de decir que era catalán, pero de un tiempo a esta parte procuro no alar-
dear mucho de ello. ¿ El motivo ? sencillamente porque no quiero que
se me identifique con unos personajes interesados, que envueltos en una ideología fascista pretende usurpar el derecho de casi seis millones- descontando ese millón corto al ellos que pertenecen- a vivir en armonía
y paz con el resto de los habitantes del mundo.
Porque no nos equivoquemos, no quieren separarse de España, ese sólo
sería el comienzo, después se encargarían de ir apartando sutilmente, o no, a todo aquel que siendo hungaro, brasileno, birmano, o eslovaco, no
estuviese de acuerdo con su «ideología». Nunca les han gustado los que
vienen de fuera. Charnegos les llaman ellos. Ser Charnego, es no poseer el pedigree de «catalán puro» que ellos mismos se otorgan y que sólo se
puede otorgar a los demás, por ellos mismos. Si, son así de fascistas. Por
eso, porque yo pertenezco a la Cataluña donde andaluces, extremeños y
murcianos, junto con gente procedente del resto de España y del mundo,
convivimos en paz, no le digo a nadie que soy catalán, entre otras cosas
porque los nacionalistas españoles asocian catalán con independentista, y a mi no me apetece ir dando explicaciones a los que ya han juzgado y
sentenciado previamente, a quienes hemos nacido allí. ¿ Que de donde soy entonces ?, si quiere que le sea sincero, creo no le importa nada. Un saludo.