[dropcap]L[/dropcap]a Organización Mundial de la Salud definió en 1982 el síndrome del edificio enfermo como: “Un conjunto de enfermedades originadas o estimuladas por la contaminación del aire en edificios y espacios cerrados, originados por la mala ventilación, la descompensación de temperaturas, las cargas iónicas y electromagnéticas, las partículas en suspensión, los gases y vapores de origen químico y los bioaerosoles, entre otros agentes causales identificados. Los síntomas son jaquecas, náuseas, mareos, resfriados persistentes, irritaciones de las vías respiratorias, piel, ojos etc. ocupando las alergias un papel importante”. La OMS considera que el 30% de los edificios sufren el síndrome del edificio enfermo.
En Salamanca tenemos muchos edificios antiguos con este problema, pero quiero destacar edificios que por su importancia, sobre todo en la protección de la salud, no cumplen la normativa como el Hospital Clínico y el Hospital Virgen de la Vega de Salamanca que presenta cada vez más problemas de salud a sus trabajadores, no solo por la nefasta gestión del espacio sino por las malas condiciones en que se trabaja en algunos servicios. Pero si algo destaca, desgraciadamente, es la climatización. Son muchas las quejas de trabajadores y pacientes, tanto en invierno como en verano propiciadas por la mala regulación del aire acondicionado que ocasionan molestias y síntomas de gripe o resfriados. Muchas personas que habitan en el edificio lo padecen, aunque no todos ellos son denunciados.
[pull_quote_left]El Hospital Clínico, por su antigüedad y por no acometer las modificaciones necesarias, y el nuevo edificio de la Junta porque en su arquitectura no se han tenido en cuenta ciertos criterios a la hora de planificar su construcción, están creando importantes problemas de salud a muchos trabajadores[/pull_quote_left]Pero esto no solo ocurre con edificios antiguos. Ahora que están de moda los nuevos edificios acristalados, edificios de diseño moderno por fuera pero que en su interior presentan grandes problemas. La muestra la tenemos en el nuevo edificio administrativo de usos múltiples que reúne todos los servicios territoriales de la Junta de Castilla y León en la calle Príncipe Vergara. Es lamentable que un edificio nuevo que se ha vendido como moderno tenga una construcción tan descuidada para el servicio que debe cumplir. Este edificio presenta mala acústica, problemas de iluminación, materiales sintéticos para dividir oficinas, así como una mala calidad del aire que están produciendo problemas de salud a algunos trabajadores y que tienen mucho que ver con los síntomas que hemos descrito anteriormente en la definición que hace la OMS sobre el síndrome del edificio enfermo.
El Hospital Clínico, por su antigüedad y por no acometer las modificaciones necesarias, y el nuevo edificio de la Junta porque en su arquitectura no se han tenido en cuenta ciertos criterios a la hora de planificar su construcción, están creando importantes problemas de salud a muchos trabajadores que manifiestan, en ambos edificios, síntomas como dolor de cabeza, resfriados constantes, mareos y cansancio, originados por la mala calidad del ambiente.
Gran parte de nuestro tiempo transcurre en el trabajo donde la calidad del aire interior no es la adecuada. Los trabajadores nos quejamos de que el aire está demasiado caliente o frío, demasiado seco o húmedo, lo ponemos en conocimiento de nuestros mandos intermedios pero no hacen caso y las consecuencias son los perpetuos resfriados, aunque muchos trabajadores no lo asocian al puesto de trabajo. Es difícil demostrar en algunos casos este problema si no se pone de manifiesto, pues la OMS considera el síndrome del edificio enfermo cuando el 20% de la plantilla está afectada por estos síntomas, por lo que animo a estos trabajadores a poner en conocimiento de los servicios de prevención, mandos intermedios y sindicatos esta situación. En caso de que no ser atendidos deben de acudir a la Inspección de Trabajo y al Procurador del Común como ya hicieron los trabajadores del nuevo edificio de la Consejería de Economía de la Junta de Castilla y León de Arroyo de la Encomienda de Valladolid en marzo del 2010, donde les dieron la razón por este problema.
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