Los vecinos se reunieron en la pista multiusos a degustar una estupenda merienda campestre. Las jornadas previas estuvieron marcadas por el baile de disfraces, las verbenas y la fiesta de la espuma
No se cante el ‘Pobre de mí’ de San Fermín, pero algo de tristeza sí que se vive en Tenebrón al caer el último día de sus fiestas patronales. Más que nada porque San Ceferino coinciden con el final de las vacaciones, el patrón de Tenebrón es el 26 de agosto, por lo que la merienda campestre es la despedida perfecta, no sólo de las fiestas, también de las vacaciones estivales.
De esta manera tan sabrosa, Tenebrón despide a los suyos. Atrás han quedado las aguadillas, las risas, los chapoteos, las cremas solares, las toallas, los corrillos de los tenebronenses que vienen a refrescarse y de paso, a recordar sus tiempos de niñez, ahora a través de sus hijos o nietos. Y con esta despedida se acerca el otoño y con él vuelta a las calles semivacias y a atizar la lumbre.
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