Miles de salmantinos cumplieron la tradición y acudieron este lunes a la ribera del río Tormes para presenciar el espectáculo de los fuegos artificiales.
A los enclaves tradicionales este año se ha sumado el graderío del nuevo parque Elio Antonio de Nebrija, que estaba abarrotado. Por lo menos ya se ha llenado con algo, porque en verano y con estos calores es imposible parara allí, en el parque sin sombras.
La sesión se antojó más corta que la del año pasado y tras unos minutos de espera, los salmantinos y visitantes deshicieron su camino para regresar a sus casas, o marchar al ferial (los menos) o al concierto de la Plaza, que estaba muy animado.
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