La industria del entretenimiento ha recorrido un largo camino hasta llegar a convertirse en un verdadero motor del ocio y de la economía. Y en este sector, los juegos ocupan un lugar destacado, no solo entre los niños, sino entre personas de cualquier edad.
Atrás quedaron los juegos de mesa. La diversificación de pantallas ha popularizado un fenómeno antes reservado a los “gamers” y que ahora alcanza a la gente común, que no juega desde el fanatismo, sino desde el interés puro de entretenimiento.
Todos comparten una atracción por el entretenimiento y las nuevas tecnologías.
La primera experiencia con los juegos electrónicos llegó en los ochenta, de la mano de casa como Atari y los videojuegos de los salones recreativos.
Esas maquinistas capaces de generar tanta diversión y descargas de adrenalina se mostraron muy rentables y la industria del ocio decidió que pasaran de los bares y salones a los hogares, con las primeras consolas. Y de los salones y habitaciones domésticos, al PC gracias a la irrupción de internet, y más recientemente a los tablets y los smartphones.
Internet ha liberado al usuario de tener una consola, y puede acceder a un universo de juegos con solo hacer clic y entrar en su dispositivo fijo o móvil.
Es abundante la oferta y numerosas las webs que ofrecen un amplio mundo de juegos para todos los gustos y edades, que permiten jugar en solitario o compartir la experiencia con otros jugadores online, sin necesidad de conocerse físicamente.