Cruel Europa

[dropcap]H[/dropcap]ay personas que parece que tienen en el cajón de su mesilla una colección de gafas con prismas tan diferente como para afrontar cada día dependiendo de donde vengan los problemas, y así cambiar la visión de las cosas, y donde un día dijeron sí al siguiente decir no.

Existen personas con una moral o conciencia tan acomodaticia que no les importa, en absoluto, cambiar sus criterios para justificar su conducta frente a aquello que les puede comprometer social, política o personalmente.

Me estoy refiriendo a aquellos que hace pocas semanas justificaban la recuperación económica de nuestro país para de esta manera sacar pecho por su gestión política de austeridad ante la crisis económica, presumiendo, incluso, de una mejoría del desempleo en una época estival en la que todos sabemos que aumenta el trabajo temporal en la hostelería gracias al turismo.

Pues bien, resulta que esa situación no es tan buena cuando de lo que se trata es de acoger en nuestro país a los protagonistas del éxodo ocasionado por la guerra en Siria, aduciendo una alta tasa de desempleo y una situación calamitosa de muchas familias españolas, para que de esta manera la tasa o cupo de acogida de emigrantes que se asigne a nuestro país sea la menor posible.

[pull_quote_left]Europa se ha convertido en un mercado de personas, intentando cada país, entre ellos el nuestro, hacerse con un cupo de emigrantes lo más bajo posible[/pull_quote_left]No niego, porque ese ha sido el argumento de muchos de mis artículos, que en España no hay una situación económica favorable. Tampoco niego que ha habido una pequeñísima tendencia al alza en cuanto a la recuperación de nuestra economía se refiere; pero sí tacho de hipocresía, además de una tremenda falta de humanidad, la manipulación de datos para limitar nuestra ayuda o implicación con quienes están mucho peor que nosotros porque están huyendo de una muerte más que segura.

En esto se ha convertido Europa en un mercado de personas, intentando cada país, entre ellos el nuestro, hacerse con un cupo de emigrantes lo más bajo posible, no siendo, como ha argumentado neciamente nuestro ministro del interior, que si acogemos a más de la cuenta se produzca un efecto llamada; o como ha dicho también algún otro dirigente del Partido Popular, que entre los emigrantes acojamos algún yihadista que se dedique a poner bombas.

En fin, parece ser que quienes un día se manifestaban en la Plaza de Colón de Madrid en defensa de la vida, hoy no les importa mucho la supervivencia de todo un pueblo, como es el Sirio o cualquier otro de la maltratada África o de Asia que arribe a nuestras costas en precarias embarcaciones y con algún niño muerto en brazos de sus madres.

[pull_quote_left]Como siempre nuestros políticos lo único que persiguen es lavar su imagen, aparentar que hacen algo, cuando realmente quienes hacemos el esfuerzo somos nosotros, el pueblo llano[/pull_quote_left]No quiero apelar al sentimiento religioso del que hacen gala muchos de los simpatizantes del PP, convirtiéndolo, a veces, en su propio patrimonio, porque creo que la caridad no deja de ser una manifestación de la solidaridad que debería de existir entre los pueblos y naciones de nuestro maltrecho planeta; no siendo, por tanto, necesario personificarla en ningún dios ni en ninguna creencia, porque simplemente debería ser algo consustancial al ser humano. Pero parece ser que no es así, porque algunos con sólo cambiarse de gafas son capaces de justificar lo injustificable, convirtiéndose en seres tan ruines que no puedo más que aborrecerlos con toda mi energía.

Si pudiera emigrar de esta Europa cruel por sus políticos, emigraría a un país donde existiera el amor fraterno, donde nadie estuviese por encima de nadie, y tampoco por debajo, donde todos los seres humanos independientemente de su procedencia fuesen tratados con respeto, donde a quienes necesitaran la ayuda de los demás fuesen acogidos como se merecen y no como animales, como se está haciendo con los sirios.

Como siempre nuestros políticos lo único que persiguen es lavar su imagen, aparentar que hacen algo, cuando realmente quienes hacemos el esfuerzo somos nosotros, el pueblo llano; quienes en su mayoría, a pesar de no estar en nuestro mejor momento, estamos dispuestos a abrir nuestros brazos a esos que lo necesitan, abriendo las fronteras de nuestro país a pesar de que alguien las quiera cerrar, con un poder que todo lo puede que es el de la fraternidad, sin importarnos de dónde vengan, el color de su piel o cualquier otra circunstancia personal o social. Entre otras cosas porque hoy son ellos pero mañana podemos ser nosotros, igual que lo fuimos no hace mucho tiempo.

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