[dropcap type=»1″]L[/dropcap]a distancia desde el punto más alto de la Peña Celestina hasta el Tormes es de unos veinte metros.
Jesús Málaga
Los castillos de Salamanca
[dropcap type=»1″]E[/dropcap]n lo alto de la Peña Celestina se construyó el alcázar nuevo. Permaneció en pie más de trescientos años. Fue demolido por el rey Enrique IV el 13 de septiembre de 1472, después del correspondiente permiso del Concejo salmantino.
Las cercas salmantinas
[dropcap type=»1″]S[/dropcap]alamanca ha conocido a lo largo de su historia cuatro murallas o cercas, y de todas ellas nos han quedado vestigios más o menos importantes que podemos contemplar y reconocer en la actualidad. Los pueblos primitivos que habitaron la provincia de Salamanca, Vacceos y Vetones, construyeron dos murallas en la ciudad del Tormes (…)
El paseo del Desengaño
[dropcap type=»1″]P[/dropcap]ara recordar al pellejero Villoria o Valloria qué mejor que acercarnos a lo alto de la Peña Celestina para desde allí imaginar el encintado de tenerías que junto al río se dedicaban a curtir pieles, oficio que ejercía el más vehemente de los comuneros salmantinos.
Una iglesia desgraciadamente desaparecida
[dropcap]L[/dropcap]a iglesia de San Justo y Pastor estaba situada en el territorio de los Bregancianos y es citada en el fuero de Salamanca como San Yuste. En el templo tuvieron sus sepulcros familias nobles como la de los señores de Fuente Roble de Encina y la de los Enríquez, señores de Lagunasrubias. La iglesia contaba con tres beneficios y varias capellanías.
Calle y plaza de San Justo y Pastor
[dropcap]U[/dropcap]no de los nobles salmantinos destacado en el conflicto comunero fue Francisco de Miranda y Paz, señor de Fuente Roble. Vivía junto a la desaparecida iglesia de San Justo y Pastor. En dicho templo se encontraban su sepultura y las de sus familiares.
Un dominico en el conflicto comunero
[dropcap type=»1″]L[/dropcap]oaisa intervino activamente en la resolución de la revuelta comunera. Fue mediador entre la Santa Junta y la Corona. Posteriormente
Real Monasterio
[dropcap type=»1″]L[/dropcap]a observancia y los votos de pobreza y humildad de las clarisas salmantinas fueron a peor cuando en el siglo XV el convento pasó a ser “Real Monasterio”. Su potencial económico y social llegó al cénit a mediados del siglo XVI, años en los que profesaba en él Isabel Maldonado.
Un convento singular
[dropcap type=»1″]A[/dropcap]lgunas de las primitivas monjas clarisas salmantinas visitaron Asís y conocieron en persona a Santa Clara, que aportó al convento sus constituciones.
