– ¿Así que ha decidido acabar con Catorcena?
-¿Por qué no salimos de Os Muíños y vamos hacia el centro de Mondoñedo, a ver qué pasa en el espejo? -propuso Catorcena. …………………………. – ¡Santo Deus! ¡O Seminario non está aquí! E a torre da Catedral non está rematada! – ¡A ver! ¡Es cierto! ¡No hay más que huertos y vallas! Pero mira.. (…)
En la primera parte de este cuento de autor desconocido, el cura de Casavieja, D. Fructuoso, para librarse de Catorcena, le envió a pedir un caldero lleno de oro a Pedro Botero, en el infierno: