A Tati
Fue en 1967 cuando mi Madre encargó el retrato de mi hermana Vega a la pintora Malocha Pombo, posteriormente vendría el mío en 1968, el de mi hermana Paloma, en 1972 y finalmente, el retrato de mi hermano Alberto, en 1983. Todos habíamos cumplido cuatro años.
[dropcap]M[/dropcap]e gusta visitar construcciones abandonadas, hacer fotografías de estos espacios que esperan pacientemente ser demolidos o rehabilitados. Edificios dormidos, donde se rompen el hastío con el eco de los sonidos, recorriendo los pasillos.
[dropcap]P[/dropcap]ara mí ver fotografía es una invitación a jugar con la realidad, no siempre es necesaria la explicación del autor para apreciar la obra y aunque así fuese, si tuviese que contar lo que me explicaron, inevitablemente aportaría mi impronta, mi sentimiento, haciendo mía la explicación.
[dropcap]E[/dropcap]s conveniente analizar la información visual antes de fragmentarla para convertirla en una imagen fija. A veces buscas un recurso artístico, otras veces quieres captar la realidad o transformarla a tu antojo. Cuando hablamos de fotografía, toda solución es válida y no debes tener prejuicio en utilizar cualquier proceso creativo en tu obra, ya que a lo largo de los años habrás practicado casi todas las técnicas.
[dropcap]U[/dropcap]no de los encuadres fotográficos que más nos atrae es aquel en el que aparece una silueta o sombra humana; aunque sea insignificante, rápidamente nos atrapa la mirada.
