[dropcap]T[/dropcap]Todos hemos vivido situaciones personales o laborales en las que la actividad desarrollada sobrepasa nuestras capacidades, bien sea porque nos enfrentamos a retos inusuales o debido a que el tiempo disponible es inferior al necesitado para llevar a buen fin nuestras tareas. La carga mental también depende de la cantidad de recursos de procesamiento demandados y de otros aspectos emocionales como cansancio y frustración. La continuidad en la sobrecarga conducirá a fatiga mental y estrés y puede tener consecuencias más graves como irritabilidad, depresión, falta de energía, insomnio, etc.