Aitoliko, un pueblo al oeste de Grecia, está viviendo la pesadilla de cualquier aracnofóbico. Toda la vegetación de su playa ha sido cubierta por una telaraña de 300 metros de largo que reposa sobre palmeras, árboles y vegetación herbácea. Afortunadamente, es algo inofensivo tanto para la flora como para el ser humano.
Unos impactantes incendios están sacudiendo una franja de la costa griega, al noreste de Atenas, y devastando todo a su paso. El alcalde de Rafina, una ciudad que se halla en el epicentro de la catástrofe, ha elevado de momento, a 74 el número de víctimas mortales, aunque el Gobierno mantiene esta cifra en 50 fallecidos y 172 heridos, once de ellos en estado crítico.