[dropcap]A[/dropcap]lgo más de 50 años han pasado desde que el 2 de febrero de 1971 “unos locos” decidieran “liarse la manta a la cabeza” y sacar desde el Arrabal al Cristo del Amor y de la Paz en procesión por la calles de Salamanca. Eran tiempos difíciles, como lo son ahora, y la Pasión salmantina atravesaba, como ahora, tiempos de crisis. Una sombría depresión que aquel grupo de jóvenes tornó en luz con sus túnicas blancas “de prestado” y su cara descubierta. Amor y Paz, con su espíritu reivindicativo, insufló una nueva esperanza a la Semana Santa de Salamanca.