[dropcap]L[/dropcap]levo saliendo ocho años con mi novia, Andrea. Al principio, sus padres tenían mucho miedo y venían de carabina pero ahora hacemos muchas cosas los dos solos». Son palabras de Santi, de 27 años, que como cualquier joven de su edad desea tener pareja, sentirse querido, expresar sus sentimientos y experimentar con la sexualidad. La única particularidad de Santi es que es una persona con discapacidad intelectual que, gracias a las charlas, los cursos y los talleres de las asociaciones integradas en Plena Inclusión Castilla y León, ha conocido los derechos y los deberes con respecto a la sexualidad.