No quiero referirme a irnos –en algún momento o circunstancia de nuestra vida- de nuestro trabajo, de la casa que habitamos, de nuestras parejas o vínculos, a irnos distanciándonos de amigos, de proyectos que trabajábamos… a distanciarnos de grupos, vecinos o asociaciones a las que pertenecíamos… aunque despedirnos de alguien o de algo puede ser una gran oportunidad para crecer y volver a encontrarnos con nosotros mismos.
Moncho Campos
De hospitales…
No había vivido yo esta experiencia humana de ingresar unos días en el Hospital. He sido tratado magníficamente por todos los trabajadores de la salud. ¡Qué trabajo tan digno y tan vocacionado…! Doy muchas gracias.
Las Edades de Moncho
El ciclo expositivo de Salamanca tiene una cita anual en Calvarrasa de Arriba. Suele comenzar en primavera, en torno a la Pascua, y se mantiene por tiempo indefinido, «hasta que los autores se lleven las obras», dice con sorna su promotor, aunque la clausura es habitualmente en otoño. Y con la actual ya van, ni sabe cuántas, alrededor de treinta.
Egos
Nuestras hostilidades y violencias provienen de la falsa creencia que nos identifica con nuestro yo particular, como seres separados de todo, reinando desde nuestro yo individual y narcisista. Pues mirad lo que afirma Melloni: “toda reducción al yo es algo tóxico, confuso y agresivo; cuanto más vacío de nosotros mismos más plenos de vida y libertad…”.
Creencias
Piensan algunos que la creencia en algo es un procedimiento psíquico que sirve para disminuir el nivel de angustia y ansiedad de los seres humanos y que aparece como una posición de comodidad pues ante lo inexplicable surge una inquietud existencial que se hace insoportable si no está la creencia para dar seguridad y sentido. Las creencias dan explicaciones fáciles y aclaratorias haciendo así nuestra vida más llevadera y tolerable.
Lo espiritual
Ya es un tópico hoy afirmar que el reto de nuestro siglo actual es el de crear personas éticas con una escala humanizada de valores morales y espirituales. Algo estaremos haciendo entre todos: padres, educadores, iglesias y asociaciones para despertar a la verdadera sabiduría e iluminar con esperanza nuestras sombras.
Aparecen algunos signos que desarrollan el crecimiento personal: el trabajo por la paz y la justicia, la vuelta a la naturaleza, el aprecio por el camino interior, la búsqueda de paz y de silencio, la sensibilidad ante el arte y la belleza, el encuentro amoroso y dialogado entre las personas…
Bajar al sur…
Los pasados días navideños, buscando soledad, fui al Parque Natural del cabo de Gata. Puse tierra por medio, kilómetros de tiempo y de silencio y me desplacé al sol.
Nací para niño-niño
Para estos días navideños y para todos los días del año tendríamos que revivir nuestra olvidada infancia, no sólo porque si llevamos la infancia con nosotros nunca envejeceremos si no sobre todo porque en aquellos años felices se forjó nuestra personalidad, nuestros proyectos y deseos y vivir hoy con atención y felicidad depende en gran parte de no olvidarlos ni soslayarlos.
La foto de Santander
Acaba de aparecer el otoño. Baldo, mi canario, ha dejado de cantar. Escucho a cambio una cantata de Mazzochi y mientras me acaricio el cuello con parsimonia contemplo la luz tan nítida que entra por la ventana de mi habitación. De pronto al inclinar el libro de poemas de Rimbaud que ando repasando se me ha caído –quizá del alma- una curiosa foto guardada entre sus páginas. Una foto olvidada en la que relajado sobre una pequeña barquichuela atisbo yo la playa santanderina a mediodía-
Bendito sexo
+ Somos cuerpo y todas las experiencias humanas están medidas por el cuerpo, también la espiritualidad y nuestra relación con Dios. La “Palabra se hizo carne…”, dice Juan en su evangelio sin ver la carne con recelo ni con prevención, sino como espacio donde Dios habita.