Una salmantina con sangre fría

Una salmantina tuvo la sangre fría de no perder los nervios cuando cuatro georgianos, pertenecientes a una banda organizada, entraron en su casa, ella estaba durmiendo y se despertó con el ruido, pero no dio señales de que los había sorprendido. Al irse, llamó a la policía, que los encontró agazapados en la escalera de la azotea.

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