[dropcap]S[/dropcap]i tuviera que quedarme con un mensaje de los que he recibido en estas dos semanas, me quedaría con la fuerza humana que responde a una convocatoria de repulsa con consecuencias fatales para un joven en A Coruña. Supongo que pueden imaginar que hablo de Samuel, una persona desconocida para mí y la mayoría de la gente hasta hace unos días y que lamentablemente se ha convertido en víctima de una parte de la sociedad que muestra en ocasiones la cara más oscura y menos tolerante de una madrugada de fiesta entre amigos.