La renta media de la población española es, en términos reales, inferior a la que había en el año 2000, hasta el punto de que el nuestro se ha convertido en uno de los países de la Unión Europea donde la renta se reparte de manera más inequitativa, según concluye el documento “Análisis y Perspectivas 2014” que la Fundación FOESSA y Cáritas presentaron este jueves.
Además, las formas más severas de pobreza son las que más han aumentado con la crisis, llevando a nuestro país a los primeros puestos del ranking europeo en cualquier clasificación que se haga de indicadores de pobreza.
Al mismo tiempo, el documento señala que se da un doble proceso de empobrecimiento de la sociedad española, caracterizado por una caída de las rentas y el aumento de la desigualdad en su reparto, con un hundimiento de las rentas más bajas. Esto ha supuesto que el porcentaje de hogares sin ingresos haya crecido del 2% al 4% en el último trimestre de 2013 y que el número de hogares en esta situación haya pasado desde unos 300.000 a mediados de 2007 a casi 700.000 a finales de 2013.
Exclusión social
Si más allá de pobreza económica hablamos de exclusión social, FOESSA comprueba cómo el empeoramiento de la situación social en España se extiende a amplios sectores de la población. “Actualmente, sólo 1 de cada 3 personas en nuestro país se encuentra libre de los 35 problemas que se han identificado en el primer avance de resultados la Encuesta FOESSA, lo que suponen 16,5 puntos menos que en 2007. Ese núcleo central de la sociedad española que llamamos integración plena es ya una estricta minoría, mientras que el espacio social de la exclusión social –que era en torno a un 16,3% de la población en 2007–, se ha intensificado notablemente hasta alcanzar al 25,1% de los hogares en 2013
Un total de 11,7 millones de personas (3,8 millones de hogares) están afectadas en España por distintos procesos de exclusión social, lo que supone 4,4 millones de personas más que en 2007 (un incremento del 60,6%).
Asimismo, 5 millones de personas se encuentran ya afectadas por situaciones de exclusión severa, un 82,6% más que en 2007.
Derechos sociales
Durante 2013 no solo no se invirtieron los procesos que desde 2010 vienen restringiendo el acceso a los derechos sociales, sino que se ha seguido avanzando por la senda de recortes en algunos bienes básicos, la pérdida de intensidad protectora de prestaciones sociales y la creciente exclusión de grupos de población de algunos servicios básicos de bienestar.
En ese sentido, los expertos de FOESSA alertan de que la progresiva diferenciación ciudadana en el acceso a derechos básicos marcará nuestra estructura social en los próximos años que, en una visión muy sintética, muestra una tendencia que podría resumirse como de pobreza creciente y derechos menguantes.