Los jóvenes salmantinos están, en su gran mayoría, en el paro o pensando en cambiar de provincia y de país, así que lo más probable es que la compra de un piso no sea una de sus prioridades. En el caso de que tengan empleo tampoco tienen demasiadas posibilidades de acceder al mercado inmobiliario.
A los jóvenes salmantinos no les salen las cuentas a la hora de pensar en comprar un piso. Los menores de veinticinco años no ganan lo suficiente como para pagar la hipoteca, ni siquiera si se trata de una pareja en la que trabajen sus dos miembros, algo casi milagroso en la actualidad.
Si eso es desalentador, tampoco mejoran mucho las perspectivas para los que tienen entre 26 y 35 años, que deben destinar casi la mitad de su salario neto anual para pagar las letras, muy por encima del esfuerzo máximo que recomienda en Banco de España, que es del 30 por ciento de la renta familiar disponible. Sólo si compran el piso en pareja podrían embarcarse en esta aventura.
En las condiciones actuales, el mercado de la vivienda excluye a los menores de 35 años. Independientemente del precio de los pisos, la cuantía media de las hipotecas que se solicitaron a finales del año pasado en Salamanca para la adquisición de una vivienda se situó en 88.697 euros, según los datos del INE. Eso significa que entre los ahorros propios y las ayudas familiares los compradores (escasos, por otra parte) pudieron pagar la entrada del piso, porque ahora ya no se dan hipotecas por el cien por cien del valor del inmueble, sino que cubren el 80%, como casi toda la vida, excepto los años del boom.
Cuota mensual
Una hipoteca de esa cuantía, a los tipos de interés actuales (el euribor estaba a finales de febrero al 0,549%), más 1,99 puntos, a un plazo de treinta años, sería una oferta magnífica, porque el diferencial que cobran algunas entidades ha roto la barrera del 2% . Eso obligaría a pagar una cuota mensual de 362 euros, lo que arroja un total anual de 4.344 euros en doce entregas.
El salario medio de los salmantinos de entre 18 y 25 años es de 6.607 euros brutos anuales, una cantidad que se eleva hasta los 14.633 euros brutos anuales de promedio para los que tienen entre 26 y 35 años, según los datos de Hacienda.
Una vez descontado el 15 por ciento el IRPF y la Seguridad Social, quedarían 5.615 euros netos anuales para los menores de 25 años, y 12.434 euros netos para los que tienen entre 26 y 35 años.
[quote_box_left]ANTES DE LA CRISIS
En 2008 los menores de 25 años se encontraban en unas condiciones similares que en la actualidad, ya que entonces debían destinar el 79% de sus ingresos netos al pago de la hipoteca (dos puntos más que en la actualidad).
Los que tienen entre 26 y 35 años empleaban el 42% por ciento de sus ingresos en pagar la hipoteca (siete puntos más que en la actualidad).
¿Qué ha pasado en la crisis? Que las hipotecas se han abaratado un punto y los salarios han bajado entre un 10% para los que tienen entre 26 y 35 años, y un 25% en el caso de los más jóvenes. Por eso, las condiciones de ambos colectivos no han cambiado demasiado. El problema es que el paro se ha disparado y ha bajado mucho el número de potenciales demandantes de hipotecas.
Además, hay algunas entidades, como el Santander, que para ofrecer una hipoteca al euribor y un diferencial del 1,99 exigen al cliente tener unos ingresos mínimos de 2.500 euros al mes.[/quote_box_left]
El Banco de España recomienda que para que un ciudadano no tenga riesgo de impago y pueda disponer de cierta liquidez, no debe destinar más del 30 por ciento de su renta disponible al pago de la hipoteca. Vamos, que si el esfuerzo que debe realizar para comprar su casa está por encima del 30 ó 40 por ciento de sus ingresos ha comprado por encima de sus posibilidades, y si debe destinar menos del 30% por ciento de sus retribuciones a la hipoteca podría vivir con esa carga.
Hipoteca y sueldo
Tenemos una hipoteca anual de 4.344 euros para salarios netos de 6.607 euros para los menores de 25 años, y de 12.434 euros para los que tienen entre 26 y 35 años.
Así las cosas, los menores de 25 años tendrían que destinar al pago de la hipoteca el 77% por ciento de sus ingresos. Vamos que no pueden hacerlo en solitario y, si lo hacen en pareja, es posible que con la pobreza dentro de casa el amor salte por la ventana. Las cuentas pueden salir más favorables si se tiene en cuenta que Hacienda ha restablecido la desgravación del 15% en concepto de vivienda.
Para quienes tienen entre 26 y 35 años se abren más posibilidades, pero tampoco son muy cómodas. Según los datos de Hacienda, un salmantino de ese tramo de edad tendría que destinar el 35 por ciento de su sueldo a la hipoteca. Por poder, se puede embarcar en esa aventura en solitario, pero a duras penas. En pareja y contando con la desgravación fiscal sí podría afrontar la adquisición de la vivienda en unas condiciones más holgadas. Sumando sus dos sueldos sólo tendrían que destinar a la hipoteca el 18 por ciento de sus ingresos, un porcentaje que ya entra dentro de los parámetros más favorables fijados por el Banco de España.