[dropcap]D[/dropcap]urante toda mi vida, siempre fui una persona que entendí que siempre debería generar mis propios recursos para tirar hacia delante ante cualquier adversidad que me planteara la vida. Supe, desde muy temprana edad, que en mí misma se encontraban los recursos necesarios para sacar fuerzas, afrontar cualquier situación y salir airosa de ella.
La clave estaba en tres partes de mi misma que debía conocer a la perfección:
Autoconocimiento. Saber quién soy, como siento, como pienso… Y en consecuencia, como actúo en la vida.
Que actitud necesito para afrontar y sobre pasar cualquier adversidad. Automotivación.
¡Actuar ya! Ponerme en marcha. Mantenerme en esa sensación de estar haciendo cosas para y por mí.
Autoconocimiento para entender. Todos, en el fondo, alguna vez hemos vivido vidas «paralelas». Vidas que no acaban de ser la nuestra, pero que son conducidas por los intereses de otros. Vidas sacrificadas por el mal entendido hacer el bien hacia los demás. Pero…. ¿Dónde queda el bien hacia ti mismo? ¿Es mejor dar tanto que te olvidas de lo que eres realmente? ….
Lamento deciros que No. No es mejor quien todo lo da olvidándose de sí mismo. No es mejor el que todo lo entrega dejándose a merced de las decisiones de otros. No… Lo siento, pero rotundamente No.
Cuando comento con mis clientes esta parte de sí mismos, siempre me atrevo a preguntar:¿Quién es mejor, el que todo lo entrega a disgusto de sí mismo? O ¿el que entrega la mejor versión de sí mismo a los demás por que se respeta? Para mí, indiscutiblemente, La segunda. Entrego a los demás mi mejor versión… ¡Eso sí es entrega!
Pero para ello, antes, debo saber de mi misma. De cómo siento, de lo que quiero, de lo que no quiero, de hasta donde estoy dispuest@ a dar, hasta donde no, del puro respeto a mi mism@, de hacia dónde voy, cómo quiero ir, con quién, de qué manera, mis sueños, y como todo eso, combina con mi entorno, con los míos…
«La combinación perfecta, es aquella que te permite SER TU en toda tu esencia».
No basta con conocerse, a veces conocerse te lleva a un pozo sin salida. No te gustas, te sorprenden incluso tus reacciones, cuando urgas… Siempre duele. Pero si algo bueno tiene descubrirse, es que acabas de hacerte consciente de lo que no quieres o no te gusta. Y solo haciéndote consciente, podrás cambiarlo.
“Solo cuando me hago consciente de algo, puedo cambiarlo».
La parte buena o buenísima, es que tienes el poder de cambiar. ¡Ahora, sí! Y cambiar, es ya generar la actitud necesaria para que las cosas empiecen a ir de distinta manera, sobre todo, porque pasas a tomar las riendas de tu vida, pasas a ser el protagonista de tu vida y la película, cambia por completo.
«Ser víctima de las circunstancias es cómodo, te exime de responsabilidad, pero te vuelve un vagabundo de la vida. Ser protagonista, es tomar las decisiones, que te llevarán al lugar adecuado, en las circunstancias adecuadas para tu desarrollo como ser humano.
La actitud y la Automotivación van a ser herramientas que vas a saber utilizar en el momento en que sepas claramente que quieres y hacia donde vas. Generar una actitud positiva va a ser la palanca que va a llevarte día tras día a vivir la vida que quieres. Requiere esfuerzo, perseverancia y una actitud de aprendizaje constante. Una vez entres en este triángulo, te aseguro que la vida se vuelve mágica. Todo sucede como habías pensado y planeado. ¿sabes por qué? Por qué así lo has decidido y la vida te acompaña. ¡Cumple tus deseos!
Por último. Ya te conoces, sabes lo que es mejor para tí, sabes cómo ponerte en estado positivo … Pero … ¡Toca dar el primer paso!
Sin acción no hay nada. Sin la firme decisión de cambio ahora, no hay nada. Mañana puede que no llegue nunca. Hoy es el momento perfecto.
¿Qué vas a hacer por ti? ¿Qué nuevo cambio quieres incorporar a tu vida? ¿a qué estás dispuest@ a decir basta? Y ¡por favor ! No caigáis en la terrible mentira de la mente. «Hay que cambiarlo todo, bufff cuanto queda, Dios mío podré…. Etc, etc,etc…. » ¡stop! ¡No os escuchéis más! ¡Basta! Una sola cosa. Una sola cosa por vez. Lo que más os inquiete, lo que más os apremie… Lo que más necesario sintáis desde el corazón que debéis hacer. ¡Eso es lo primero! Después vendrá lo segundo, después lo tercero…. Pero un cambio detrás de otro. Solo con que os pongáis en modo «protagonista» una vez, lo demás ya veréis. Vendrá seguido
A ese cambio, ponle fecha. Y ¡pónsela ya! Y recuerda, solo una idea.
«Hoy puede ser el principio de una nueva forma de hacer las cosas».
Decía Einstein: » No esperes que nada cambie, si no haces nada diferente».
Si estás en ese viaje, en ese camino, estás en lo cierto.
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