El tren de velocidad alta no llegará hasta 2016

La ministra de Fomento, Ana Pastor, arropada por la plana mayor del PP provincial, recorrió este lunes la línea de velocidad alta entre Madrid y Salamanca, que cuando esté operativa permitirá llegar a la capital de España en una hora y media.

De momento solo se ha electrificado (con una inversión de 53 millones), y ahora «hay que formar a los maquinistas», según dijo la ministra Pastor, proceso que se prolongará un mes y medio, si todo va bien, antes de que empiece el servicio, por lo que es difícil que llegue antes de que acabe el año.

Además, hay que poner los trenes Talgo que serán los que cubran ese recorrido, y no el tren electrificado en el que han llegado este lunes a Salamanca todas las autoridades y responsables de Renfe, Adif y medios de comunicación, como si de una inauguración se tratara.

La ministra fue más cauta que el alcalde, y en el andén de la estación de Salamanca habló solo de que la obra «está terminada», mientras que Mañueco se dejó llevar por la emoción y dijo que «hace 138 años y dos meses llegó el primer tren a Salamanca y hoy tenemos aquí el tren del siglo XXI», antes de darle «mil gracias al Gobierno, al presidente del Gobierno y a Ana Pastor».

Aunque no están los trenes Talgo, «ni formados los maquinistas para cubrir este servicio», como dijo la ministra, ni el servicio se espera antes de que empiece 2016, el acto de «supervisión» de la electrificación de la línea entre Medina y Salamanca (un ramal de la alta velocidad que comunica Olmedo -Valladolid- con Zamora) casi ha sido un ‘bienvenido mister Marshall’ en la estación con la cúpula del PP local, los diputados y senadores y los consejeros de Fomento y la de Cultura (que es salmantina), además del delegado de la Junta en Salamanca.

Ana Pastor, que fue la más comedida, dijo que el nuevo servicio será más rápido y más seguro y contribuirá a mejorar la calidad de vida de los salmantinos.

La ministra anunció que dentro de un mes, aproximadamente, se licitará la electrificación de la línea entre Salamanca y Fuentes de Oñoro, con un coste previsto de 80 millones de euros, lo que, a su juico, «convertirá a Salamanca en un centro neurálgico de las comunicaciones con Portugal».