Opinión

Dirigentes y maleantes

Antoine Deltour ha destapado el fraude fiscal.

[dropcap]P[/dropcap]resididos y dirigidos por maleantes (o delincuentes, si hacemos un uso más sincero del castellano) no es fácil que lleguemos a buen puerto. Esto es lo que por pura lógica debería pensar cualquier persona mínimamente sensata e independiente (no condicionada por interés personal de beneficiado en esta mafia institucional) al leer la información “Los presidentes de la Comisión y del Eurogrupo crearon la trama de fraude fiscal masivo para las multinacionales”.

No es que no estemos acostumbrados a este tipo revelaciones, por otra parte muy frecuentes en España, pero como coincide con otro tipo de circunstancias (terribles) que atañen a Europa y a su mismo corazón (París, Bruselas) duele más, por no decir que nos deja ya definitivamente indignados con la situación de depravación y fracaso que rezuma este invento a través de tantos síntomas.

[pull_quote_left]“España es uno de los ocho países que más dinero ha perdido” gracias a esta trama de fraude. ¿Somos los tontos del pueblo?[/pull_quote_left]Al mismo tiempo que esta información confirma (a pesar de las trabas que los mismos delincuentes tienen el poder de decidir) informaciones previas, y ponen ya en claro el proceso de fraude y saqueo de las arcas públicas de los europeos (lo cual no impide que sigamos dirigidos por los mismos dos maleantes gracias al apoyo cómplice de “la Gran coalición” de populares, socialistas, y liberales), los investigadores del reciente atentado en París van consiguiendo una descripción fidedigna del contexto social y económico en que los terroristas de la reciente matanza de París han brotado (precisamente en Bruselas), con indudable libertad para escoger entre el bien y el mal (como todo ser humano), pero también condicionados por un escenario muy concreto, escenario que por supuesto a los amigos de lo ajeno arriba mencionados, importa un bledo, pues no en vano lo potencian con sus fechorías, moviéndose como peces en el agua y ratas en la ciénaga, gracias a la oportuna desregulación.

‘Desregulación y violencia’, podría ser un buen título para la tesis doctoral de algún sociólogo en ciernes que estuviera preocupado por la marcha de los acontecimientos.

Y es que hemos pasado del “Espíritu de las Leyes” a las realidades de la desregulación tan bruscamente, que muchas veces la reflexión que se nos impone ante la explosión y proximidad de la realidad cruda y dura es que “esto no puede estar pasando”. Pero sí está pasando. Incluso aunque usted no salga de casa a protestar. No necesitan su permiso. No cuentan con usted. Pero ante todo ¡unidad!

“España es uno de los ocho países que más dinero ha perdido” gracias a esta trama de fraude. ¿Somos los tontos del pueblo?
En coherencia con la “sociedad abierta” de la que gracias a Dios formamos parte, el único castigado por este fraude es el honesto auditor que ha destapado el asunto: Antoine Deltour, que no tengo el gusto de conocer pero que debe ser uno de esos europeos que, a pesar de sus jefes, hacen Europa. Es además joven, lo cual alienta la esperanza.

Interesante también como detalle y síntoma, la incautación a un europarlamentario de los Verdes de una libreta en la que tomó notas tras consultar unas Actas sobre el turbio asunto. ¿Exigirá USA un bloqueo de Europa al no respetarse en su territorio los derechos humanos?

¿No les recuerda esto a otros síntomas de la herida abierta en la sociedad abierta, tal que un Edward Snowden, Assange, Manning, Falciani… etc.? ¿No empieza a configurarse ya una densa y perseguida lista de defensores y héroes de la civilización, tal como hasta ahora se había entendido la civilización en Occidente?

Juncker, Dijsselbloem… Bárcenas. Ya me dirán ustedes con qué espíritu se puede acometer la defensa de la civilización con estos generales.

Lorenzo Sentenac Merchán

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