La obesidad infantil aumenta

unnamed[dropcap]S[/dropcap]egún las últimas estadísticas de la Organización Mundial de la Salud la obesidad infantil está aumentando a gran velocidad. Mientras la mitad de los niños del planeta se mueren de hambre, la otra mitad están obesos. Este tema es muy preocupante y, por tanto, las familias tienen que tomar medidas.

 

Los nuevos estilos de vida, la comida preparada o precocinada y el exceso de consumo de golosinas y bollería son los factores que más influyen junto con la falta de ejercicio físico. Los niños pasan muchas horas sentados delante de la televisión, videoconsola, ordenador, tablet o teléfono móvil; los desplazamientos por la ciudad se hacen casi siempre en coche incrementando la pasividad. Las consecuencias son tan negativas para la salud de los hijos, que cuando los padres se quieren dar cuenta, ya han adquirido enfermedades como diabetes, trastornos respiratorios, circulatorios y un sin fin de enfermedades asociadas a la obesidad.

Sin embargo existe otro aspecto no menos importante que es el social. Un niño obeso en ocasiones sufre burlas, chanzas e insultos en el entorno escolar por parte de los compañeros, afectándole a su integridad emocional. Las familias deberían de considerar la gravedad del tema y poner soluciones.

Desde estas líneas hacemos algunas recomendaciones para ayudar a los padres y a los hijos:

  1. Planificar en familia y con consenso la práctica de ejercicio físico como montar en bicicleta, salir a correr, acudir a la piscina , apuntarse a deportes de equipo o individuales o senderismo familiar para beneficiarse del conocimiento del entorno. Cuando hay una implicación de los padres, los hijos adquieren el hábito con más facilidad.
  2. Evitar la comida basura. Cocinar en casa en colaboración de los niños, con productos frescos y saludables. Cuando son los hijos los que cocinan es más fácil que coman productos como verduras, frutas y pescados que a la mayoría no les gusta. Ellos son muy creativos y hay que darles la oportunidad de que creen sus propias recetas saludables.
  3. Controlar la ingesta de bollería y golosinas. Siempre es mejor hacer postres caseros donde sabemos que productos y cantidades se añaden.

Para concluir quiero animar a los padres a considerar el tema de la alimentación de los hijos seriamente para evitar, no solo la aparición de enfermedades derivadas de la obesidad, sino también la de trastornos como anorexia o bulimia.

El ejemplo de una comida sana y una práctica de ejercicio regular será el mejor ejemplo para los hijos.

Ilustración: Miguel González Cabezas

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