[dropcap]D[/dropcap]entro de pocos días los colegios entregarán las notas a los alumnos. Para muchas familias será un trauma por la cantidad de suspensos que figurarán en el boletín de sus hijos y se llevará las manos a la cabeza.
Es imprescindible realizar un seguimiento desde el principio de curso: controlar los deberes, realizar reuniones con tutores y profesores y conocer de primera mano como van.
Los padres que están al día del progreso de los hijos normalmente no se llevan ningún susto al recibir las calificaciones.
En este tema es muy fácil atribuir los suspensos a los profesores y los éxitos a los alumnos.
Los centros escolares realizan una evaluación continua de todos los alumnos y los profesores se esfuerzan en que los niños consigan los objetivos programados, incluso realizando adaptaciones curriculares específicas.
Para lograr un éxito en las calificaciones hay que trabajar conjuntamente, colegio y familia. Informar adecuadamente de los criterios de evaluación imprescindibles para lograr lo mínimo. De esta manera no surgirán sorpresa de última hora.
Actualmente existe un control de envío de notas a través de internet evitando las famosas falsificaciones de boletines que muchos alumnos realizaban para evitar algún que otro castigo.
Muchos padres caen en el error de prometer premios si sacan unas notas excelentes. Juguetes carísimos, que hacen que los hijos estudien en estos casos sólo para aprobar.
Hay que transmitirles que en la etapa escolar su obligación es estudiar y el premio debería de ser un refuerzo verbal como por ejemplo:
- ¡Qué orgullosos estamos de ti!
- ¡Eres un buen estudiante y te organizas muy bien!
- ¡Lo has conseguido! Sigue así y te sentirás muy feliz!
Con los niños que llevan muchos suspensos también se pueden cometer errores como:
- Eres un inútil y nunca llegarás lejos.
- Eres un perezoso.
- Tu hermana es más lista….
Ejemplos de mensajes negativos como los anteriores sencillamente hundirán a los estudiantes y lejos de levantarle la autoestima, se frustrarán mucho más.
En algunos casos los padres les imponen castigos tan duros y largos en el tiempo, que no son capaces de seguir, como:
- ¡ No saldrás en todas las Navidades!
- ¡No verás la televisión!
- ¡No utilizarás los videojuegos!
- ¡Los Reyes no te dejarán nada!
Casi nunca surten efecto, porque el castigo tiene que ir en relación a la infracción, en este caso las calificaciones.
Desde estas líneas animo a los padres a que realicen un seguimiento diario de los estudios de sus hijos y les ayuden a progresa para evitar disgustos con las notas.