[dropcap]E[/dropcap]n estos días muchas personas se encuentran enfermas. Es tiempo de epidemias como la gripe, catarros, bronquitis o cualquier otra enfermedad contagiosa, tipo varicela, que impide que los niños y profesores se ausenten de los colegios.
Este fenómeno rompe el ritmo de las familias y el del curso escolar, pero no es razonable que los niños y profesores enfermos acudan a las aulas por las siguientes razones:
- Se produce un rápido contagio con los compañeros.
- Los niños enfermos no pueden rendir.
- El tiempo de recuperación es mucho más lento.
- La enfermedad se puede agravar y complicar con otra infección al tener una gran bajada de defensas.
Por todo lo enumerado anteriormente los padres tienen que considerar este tema como muy importante.
Cuando los niños comienzan el colegio hay que contemplar este problema y tienen que tener una solución, algunas ideas pueden ser:
- Dejar a los niños al cuidado de otra persona que se contrate por días.
- Recurrir a la familia.
- Tomar días de vacaciones del periodo de los padres.
- Cualquier solución será buena para evitar llevar a los hijos enfermos y en ocasiones con fiebre, al colegio.
Un fenómeno que se da en algunas ocasiones es que hay niños que fingen estar enfermos para no acudir a clase. Los padres tienen que saber diferenciar este chantaje. Por otro lado hay algunos que tienen un gran problema emocional y de tanto creerse enfermos, acaban enfermando.
Las familias que tienen varios hijos sufren un mayor trastorno si el que enferma es uno. Aparecen celos en los otros hermanos o se acaban contagiando y el problema familiar se agrava.
Otra recomendación importante es acudir al médico, no administrar medicinas sin la supervisión de un facultativo. En muchas ocasiones se pueden confundir los síntomas y están enmascarando una enfermedad que los padres desconocen. Y en ningún caso llevar medicinas para que se las administren los profesores. Ellos no tienen esa obligación.
Desde estas líneas recomendamos a todas las familias que cuando un hijo esté enfermo, se le cuide lo mejor posible en casa para que su recuperación sea más rápida y se eviten los contagios. La ausencia de tres o cuatro días no repercutirá en el resultado escolar, pero si la enfermedad no se trata en el domicilio y acuden enfermos al colegio el malestar se prolongará por más tiempo, repercutiendo no sólo en los niños enfermos, también en el ritmo de la clase ya que el profesorado se sentirá incomodo con la situación y no ofrecerá una enseñanza de calidad.