Opinión

Divino maestro y divina juventud // Divine master and divine youth

S11 ARQUIVO 24-06-2010 ECONOMIA Pintura Lição de Anatomia, de Rembrandt FOTO REPRODUCAO

[dropcap]P[/dropcap]robablemente recordamos aquellos años en los que los profesionales se forjaban estando al cargo de un experto; sí, hablo del aprendiz y el maestro. Actualmente, el término aprendiz lo hemos sustituido por becario, pero los métodos para que amplíen y desarrollen sus conocimientos no han cambiado demasiado.

En muchas ocasiones, los becarios se convierten en trabajadores para todo y se desaprovecha su potencial, en la mayoría de los casos, con la escusa de que hay que dedicarles mucho tiempo y no pueden ser atendidos como corresponde. En otras, la percepción como competidores de algunos colegas da al traste con el proceso de formación y desarrollo profesional que permita integrarlos en la empresa o prepararlos para su futuro. Lo que, en principio, pueda parecer una pérdida de tiempo no lo es tal; simplemente pensemos el tiempo que dedicamos en nuestro trabajo a aprender, ya sea con tutor o si él. Todos tenemos y necesitamos nuestra propia curva de aprendizaje, y durante ese periodo nuestro rendimiento disminuye hasta que se alcanza el máximo nivel de conocimiento, destreza y habilidad.

La empresa y, al menos, el responsable del área al que el aprendiz o becario es asignado deben de hacer el esfuerzo de transmitir su experiencia y ocuparlos en actividades de creciente dificultad acordes con el objetivo perseguido.

Un buen plan de carrera puede hacer que el personal experimentado y el novel convivan y se complementen de tal forma que surjan muchas sinergias que permitan un mejor desarrollo de la actividad y aumento de la productividad.

La buena planificación en la formación y desarrollo profesional nos ayudará a elegir el personal adecuado que permanezca con nosotros, por lo menos, el tiempo adecuado para superar la curva de aprendizaje y obtener un rendimiento óptimo. Cuando se solicite personal en prácticas o becarios, el periodo de estancia debe ser requisito establecido por la empresa conforme a lo previsto.

Divine master and divine youth

[dropcap]W[/dropcap]e probably remember those years when professionals were forged being in charge of an expert; yes, I speak about the learner and the teacher. Currently, the term learner has replaced by scholar, but the methods to expand and develop their skills have not changed too much.

In many cases, trainees become workers for all and their potential is wasted, in most cases, with the excuse that we need to devote much time and cannot be treated properly. In others, the perception of some colleagues as competitors upsets the process of training and professional development to integrate them into the company or prepare them for their future. What at the begging might seem a waste of time is not such; just think of the time we spend in our work to learn, either with tutor or not. All we have and need our own learning curve, and during that period our performance decreases until the maximum level of knowledge, skill and ability is reached.

The company and, at least, the area responsible which the scholar or trainee is assigned must make the effort to share his experience and engage them in activities of increasing difficulty proportionate to the pursued objective.

A good career plan can make the experienced and the novice personnel coexist and complement so many synergies arising that allow a better development of the activity and increase the productivity.

Good planning in training and professional development will help us choose the right personnel to remain with us, at least, the right time to get over the learning curve and optimal performance. When prompted trainees or interns, the stay period must be a company requirement as planned.

Más información en: GESPROSAL

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