La capilla de Anaya

Capilla de los Anaya o de San Bartolomé, en la Catedral Vieja.

 

[dropcap type=»1″]A[/dropcap] ambos lados de la puerta de entrada se encuentran varias hornacinas para acoger los enterramientos de Juan Gómez de Anaya, arcediano de Salamanca e hijo natural del arzobispo, y la escultura yacente de Diego de Anaya, segundo de los hijos naturales del fundador del colegio de San Bartolomé.
En el lado de la epístola se hallan dos enterramientos destacados. La mayoría de los autores coinciden en que son las sepulturas de los padres de don Diego. El más próximo al altar representa a un caballero con turbante y larga túnica. En el frontal del sepulcro se puede apreciar esculpido a Cristo rodeado de doce santos. Más hacia el centro de la capilla se encuentra el enterramiento de una mujer, vestida con ropa de la época y con un rosario en la mano. En el frontal del sepulcro se puede ver a la Virgen rodeada por doce santas. Posiblemente fue en esta capilla donde fue enterrado el deán Juan Pereira, comunero destacado de la familia Anaya.

[pull_quote_left]No podía faltar en la capilla la referencia a un bartolomico excepcional que llegó a ser santo, pacificador de los Bandos y patrono de Salamanca: San Juan de Sahagún.[/pull_quote_left]A los pies de la capilla se encuentra el enterramiento de Beatriz Guzmán, mujer de Alfonso Álvarez de Anaya, esculpido por las mismas manos que realizaron el sepulcro del arzobispo. Pero el enterramiento que más llama la atención de la capilla de San Bartolomé es el de una pareja: los Gutierre de Monroy. La belleza de los rostros, la proporcionalidad de los cuerpos, sus vestidos, los adornos, todo aporta realidad, como si de un sueño se tratara. Se puede comparar esta obra con la del Doncel de Sigüenza. Está considerada como una de las más representativas del renacimiento.

Termina nuestro recorrido por la capilla de San Bartolomé con la observación del órgano más antiguo de España. Un púlpito morisco soporta este instrumento musical del siglo XV, del que han desaparecido los tubos a principios del XX. Las catedrales de Salamanca acogen entre sus muros una de las mejores colecciones de órganos de España.

El retablo de la capilla está fechado en el siglo XVII y mantiene en buen estado esculturas de buena talla y un crucifijo atribuido a la escuela de Juan de Juni. No podía faltar en la capilla la referencia a un bartolomico excepcional que llegó a ser santo, pacificador de los Bandos y patrono de Salamanca: San Juan de Sahagún.

La entrada al hospital se haría desde el claustro y, seguramente, también tendría acceso desde la calle Tentenecio, fachada exterior que es la única que guarda todavía recuerdos en sus piedras del que fuera uno de los hospitales más antiguos de Salamanca.

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