[dropcap]P[/dropcap]edro Calderón de la Barca es uno de los más grandes dramaturgos del Siglo de Oro. Y, al igual que Cervantes, Lope de Vega o Luis de Góngora paseo por las calles de nuestra ciudad y tuvo el honor de ser uno de los alumnos de la Universidad de Salamanca.
Eso sí, por el contrario que su compañero de pluma Góngora, Pedro Calderon de la Barca sí que obtuvo un título de la Universidad, ya que se graduó de bachiller in utroque, o lo que es lo mismo, en Derecho Canónico y Civil.
Calderón de la Barca escribe sobre Salamanca:
Bachiller por Salamanca
También me hice, luego, cuya licencia
Que en mil actos me disculpa.
El autor de El Alcalde de Zalamea tuvo una vida longeva, sobre todo para aquella época, pues vivió más de 81 años. A Salamanca llegó muy joven, con poco más de 15 años y permaneció hasta casi los veinte, por lo que es fácil imaginar que vivió con intensidad su vida estudiantil y de correrías que tanto se le atribuyen a los estudiantes, no sólo de aquella época, sino también de la de ahora.
En 1621 participó en el certamen poético habido con motivo de la beatificación de San Isidro y posteriormente en el de su canonización, en 1622, y ganó un premio tercero.
En la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, Evangelina Rodríguez Cuadros, catedrática de Literatura por la Universidad de Valencia, le hace una especie de entrevista a Pedro Calderón de la Barca y en ella le contesta el dramaturgo esto sobre Salamanca:
Poco antes de volver de Salamanca había leído el mejor de los libros posibles: las dos partes de El Quijote y, luego, esa locura de novela (donde realmente la inventó) que fue el Persiles del gran don Miguel. Supe entonces que aquello era insuperable y ensayé algún trozo de comedia en su honor, en un Don Quijote que se perdió entre otros mis primeros papeles.
Empecé, como todos, haciendo versos. O, por mejor decir, leyéndolos. De Salamanca me traje unos versillos, algunas octavas y un soneto de pie y cabeza forzados, con los que probé suerte en las justas poéticas que se celebraron en 1620 para solemnizar la beatificación de San Isidro. Una manera de ganarse una fama efímera o unos reales. Por eso pude escribir con guasa aquello de:
La codicia de un bolsico
en la literaria justa
de Isidro, me hizo poeta:
¿quién no ha pecado en pecunia?
con lo cual Bártulo y Baldo
se me quedaron a obscuras;
pues, en vez de decir leyes,
hice coplas en ayunas.
2 comentarios en «Calderón de la Barca se licenció en la Universidad»
Muy bien, querida periodista. ¡Sigue así, por favor!