Opinión

Participación de los hijos en las tareas domésticas

 

[dropcap]E[/dropcap]ste tema en algunas familias es una gran batalla diaria. Cuando la madre y el padre trabajan fuera, es muy importante llevar una buena organización de las tareas domésticas, sobre todo si no tienen una persona ajena que trabaje a tiempo total o parcial en la casa.

Muchos hijos adolescentes pasan de colaborar e incluso olvidan sus obligaciones mínimas como es hacer la cama, convirtiéndose la relación familiar en una tortura

Para evitar estos problemas los padres deben saber que los hábitos, las normas y las reglas del funcionamiento de la casa hay que inculcarlos y mantenerlos con firmeza. Algunas recomendaciones para lograrlo pueden ser:

  • Dejar a los niños cuando son pequeños que colaboren en pequeñas tareas aunque les lleve tiempo y nos las realicen perfectamente, porque es cuando más les gusta, se sienten mayores y su autoestima sube.
  • Tener paciencia a la hora de enseñarles las tareas que al adulto le parecen muy sencillas, pero a los pequeños no. Recordar que son más capaces de lo que a veces piensa el adulto.
  • Confeccionar entre todos los miembros de la familia un calendario  semanal de distribución de tareas. Es muy bueno que a ser posible cada uno elija primero las que más le gusten y después se distribuyan equitativamente.
  • Los padres tienen que recordar a cada hijo, si se les olvida hacer las tareas acordadas, que tienen que cumplirlas. De esta manera le estarán ayudando a adquirir responsabilidad y capacidad de compromiso.
  • Aunque se tenga ayuda de otra persona ajena es muy positivo, que cada hijo tenga un mínimo de tareas.

Algunas de las tareas que los hijos pueden hacer desde pequeños pueden ser:

  •  Hacer la cama.
  • Poner y recoger la mesa.
  • Retirar la ropa sucia cuando se asean.
  • Doblar y colocar en el armario la ropa.
  • Sacar la basura.
  • Diferentes tareas de limpieza sin productos agresivos.
  • Ordenar y recoger su dormitorio y estancias comunes.
  • Colocar la compra.
  • Colaborar en la cocina en la elaboración de platos sencillos y que no requieran peligro de quemaduras: Preparar zumos, hacer bocadillos, ensaladas, macedonias, pizzas….

Por tradición y educación en España las tareas domésticas han recaído con mucho peso en la madre de familia, pero al incorporarse la mujer al mercado laboral ,esta carga no se ha distribuido por igual entre los miembros.

Es necesario e imprescindible considerar este tema y educar a los hijos en la responsabilidad compartida e igualitaria. Sólo desde la educación será posible obtener buenos resultados y familias más felices  con hijos maduros, responsables y autónomos.

Si desde la infancia se les enseñan estos valores, cuando lleguen a adultos serán padres respetuosos con sus parejas y con sus hijos y la sociedad se beneficiará.

Ilustración: Miguel González Cabezas.

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