Opinión

El monipodio va a la escuela

[dropcap]N[/dropcap]i idea» dice el presidente del Gobierno (y se refiere al cotarro valenciano) y eso me deja más tranquilo. Es un decir.

Quiero decir que la tranquilidad me dura poco, porque la disyuntiva es terrible: o tenemos en funciones (y hemos tenido cuatro años largos ejerciendo) al frente del gobierno un presidente de capacidades intelectivas muy mermadas, de liderazgo nulo, y el títere sin cabeza de todos los subalternos que se la pegan, que no son pocos (muy por debajo del nivel que se requiere para presidir un país, una comunidad autónoma, o incluso un ayuntamiento). O en esto como en otras cosas nos está mintiendo, y no sé qué será peor.

Me remito a sus famosos lapsus lingüísticos del tipo de: «Ya no se va a pasar ni una».
¿Y antes, señor presidente, sí se dejaba pasar para hacer caja?

No hay por dónde cogerlo. Y es un suma y sigue que demuestra que estamos hechos a prueba de bombas atómicas made in USA, de elefantes blancos que cazan elefantes grises, de compis yoguis black que se quieren mucho (¡coño, y vaya si se quieren!), y de oportunidades históricas pérdidas, que cuando un país toca suelo de ahí no pasa, salvo que escarbe. Y es que quizás ya estamos escarbando en busca de la capa freática para ponernos a remojo, a ver si maduramos o solo quedamos para cocido y olla podrida.

Es tal su inocencia declarada (pobre presidente), la inopia que confiesa, la inexperiencia adolescente que aduce, que no puedo por menos que sentir lástima e imaginármelo en el papel de aprendiz, de becario, de hijo confidente de la edil del PP (María José Alcón) pillada con las manos en la masa, y grabada en su confesión maternal y sin taquígrafos. Imagínense:

-Rajoy comenta: «… que no entiende como blanquean el dinero».
-Y una maternal y pedagógica María José le contesta: «Ellos tienen mucho dinero negro (…), de empresas del partido, de empresas, comisiones, corrupciones (…) Es un dinero que no pueden aflorarlo».
-Rajoy (en funciones de confidente) pregunta: «Cuántos billetes de quinientos tienen ellos (léase nosotros, que en el PP hay mucha unidad)».
-Y María José responde: «Como tú me dijiste una vez, y tienes más razón que un santo, en este país lo único que funciona es la corrupción».
-Rajoy podría haber preguntado entonces: ¿cómo funciona el partido? Pero no le habría respondido María José sino Alfonso Grau (literalmente según consta en grabación): «Me doy de baja en este mismo momento de un partido que se dedica a castigar a inocentes para tapar el culo a los verdaderos culpables».

Lástima que no esté por aquí Cervantes redivivo para hacer un entremés intitulado «El aprendiz de inocente» o “El Monipodio va a la escuela”.

En resumen, un auténtico manual de cómo se maneja y organiza una banda organizada para el crimen.

Claro, uno ya contaba con la evidencia de que la capacidad de regeneración de este país es escasa, cuando es capaz de tirar para adelante con un presidente que enviaba a Bárcenas los mensajes de todos conocidos. Como si no hubiera ocurrido, hemos llegado al final de la legislatura tan ciudadanos responsables y adultos como la empezamos. Incluso más entrados en años. Una verdadera hazaña.

Para que quede en los anales y sirva de regocijo y meditación a los historiadores futuros.

[pull_quote_left]Creo que vamos a quedar inmunizados durante varias generaciones contra cualquier amago o intento de democracia normal.[/pull_quote_left]Pero la saga es ya de tal calibre y persistente en sus intenciones de trascendencia, las tragaderas tan anchas, las circunstancias tan deprimentes (un mix de recortes salvajes junto a un saqueo feroz), que creo que vamos a quedar inmunizados durante varias generaciones contra cualquier amago o intento de democracia normal. No me llamen pesimista, es que así están las cosas. Y ahí están las estadísticas de hoy mismo, que dicen que los españoles que se las piran, in crescendo.

Porque además parece que los votos no condenan ni castigan este estado de cosas. Es lo que hay. Que por otra parte no desentona del contexto europeo. Ahí tienen a los padres de la patria común del euro (y nunca mejor dicho) declarando abiertamente y sin tapujos que lo suyo es violar las leyes.

Y vuelvo a lo de Platón: ¿pueden los violadores de la ley ser los guardianes de la república?

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