Un país de pandereta

[dropcap]T[/dropcap]rabajé en la prensa del corazón durante 17 años y las revistas tienen una máxima: vender cuantas más revistas mejor -esto no es sólo patrimonio de la prensa couché- y para ello, su escaparate es la portada.

Hoy me encuentro con ellas, sí he de reconocer que las sigo mirando, y las reposo una a una. Al terminar, me doy cuenta que todas tiene, o bien la foto más importante o bien ventanas laterales, a personajes que han salido en Gran Hermano o que irán a Supervivientes. Dos reality que, al parecer no ve nadie. Pues bien, las revistas del corazón son la prensa en papel que menos ha sufrido la crisis de los medios, por lo que sus directores si han elegido a estos personajes es por una sencilla razón: venden.

Estamos a punto de ir a unas nuevas elecciones generales porque nuestros políticos no se han puesto de acuerdo. ¡Válgame Dios! vaya egos los que se gastan unos y otros. No han sido capaces de ver más allá del sillón que deben o no ocupar. Le importamos muy poco los ciudadanos y a juzgar por las portadas de las revistas del corazón, a nosotros tampoco ellos. Pero, mal que nos pese, nuestro futuro no se decide en las redacciones de Hola, Diez Minutos, Semana o Lecturas, lo hace en el Congreso de los Diputados.

Existen cuentas en paraísos fiscales, de esos a los que se les llena la boca diciendo que son españoles, y hoy, día de pago para los autónomos, por aquello del IVA, a los curritos de aquí nos crujen las cuentas corrientes. Pero, no importa, lo esencial en estos momentos, a juzgar por las audiencias multitudinarias, es conocer quién pasará hambre en Supervivientes, no quién lo hace en nuestro portal.