[dropcap]J[/dropcap]unto a Jesús Mª Hernández, presidente de la Asociación Ciudadanos por la Defensa del Patrimonio, hacemos un recorrido mesurado y tranquilo por las calles de Salamanca, desde el Río, donde van a realizar una campaña para que se conserven elementos que pueden perderse, pasando por la Rúa, donde hay unas ruinas que podrían contarnos cómo fue nuestro pasado, hasta el Botánico, donde proponen que los estudiantes de Arqueología reconstruyan las ruinas que se perdieron en la Guerra de la Independencia.
Hemos heredado muchísimo patrimonio. ¿Lo mantenemos bien?
No siempre, ni en todos los sitios, ni de la misma manera. La conservación del patrimonio supone mantenerlo en sus estructuras importantes como son los monumentos y su entorno. Esto no siempre se respeta. En Salamanca se ha perdido mucho patrimonio por diversas razones, no sólo en la Guerra de la Independencia, que aquello fue inevitable, pero hay otro que depende más de la voluntad de la ciudadanía cercana a nosotros, que contribuyeron con sus intereses especulativos a la destrucción del patrimonio.
No nos vayamos tan lejos. ¿La Democracia hizo que aflorara la sensibilidad por el patrimonio?
Sí, pero no sólo en Salamanca, sólo tenemos que ver que La Alhambra estaba casi abandonada y ahora es uno de los grandes monumentos de la Humanidad. Ha cambiado mucho en estos años la sensibilidad por el patrimonio. Eso sí, ha habido diferentes grados. Salamanca ha pasado por diferentes etapas, unas en las que el patrimonio no se valoraba y se ha destruido, hasta ahora que incluso los políticos utilizan el patrimonio como un ‘enganche’ para sus proclamas.
¿Qué se ha perdido por la especulación?
Casi voy a ir por lo que se ha respetado. Las iglesias han tenido mejor tratamiento. No se han destruido. En cambio se ha perdido parte de la edificación civil. Circulan por la red fotografías de Salamanca antigua donde se puede ver el Teatro Moderno, el Bretón,… esos edificios que no tenían esa especie de pedigrí se los ha llevado los intereses especulativos. Una muestra reciente es el Gran Hotel, en la Plaza Poeta Iglesias, por más que se quiere revitalizar, ha perdido ese glamour que tenía ese lugar. Creo que se podía haber hecho mucho más por conservarlo, en cambio se hizo mucho por derribarlo.
Desde la Asociación, ¿sienten el apoyo ciudadano?
En general sí, porque tenemos una red de contactos más allá de la propia asociación que nos siguen. Somos conscientes de que organizamos una conferencia o una mesa redonda sobre un tema de patrimonio y acuden muchas personas. También tenemos detractores. Hace poco, entregamos unos escritos de cómo no se está actuando bien en determinados monumentos de la ciudad, que están catalogados en cuanto a su fachada. Hemos denunciado que las cubiertas están en franco deterioro y eso conlleva, que se pueden venir abajo las paredes.
Por ejemplo.
La casa que hay junto al Palacio de Monterrey. El tejado está muy deteriorado. Es una casa que hay que conservar, no sólo por sí mismo, también por el entorno donde está. Cuando hemos denunciado, nos han llamado diciendo que ellos habían pensado en denunciarlo y no sabían cómo. Así empieza a perderse patrimonio, se estropea la cubierta y se termina perdiendo el monumento y con ello, el entorno.
¿Cuál cree que es la singularidad de Salamanca?
La singularidad no sólo son los grandes edificios, que también, es el contexto donde se asientan esos monumentos. He hablado con personas que vienen a visitar la ciudad y todos me dicen que pasear por Libreros, más allá de ver la fachada de la Universidad, es que les hace sentir que están en el siglo XVI. Eso es lo que hay que cuidar. Sigamos en la calle Libreros esquina con Tavira, han hecho uno de estos comercios que son Self Service, ofrece un impacto visual que nada tiene que ver con el entorno y eso es precisamente lo que perjudica al conjunto. Precisamente, por ese conjunto es probable que hayan elegido Salamanca para grabar la serie Still Star Crossed.
¿Qué se debería hacer con la Rúa?
La Rúa está hecha unos zorros. Para empezar, hay tres edificios en ruinas, uno era un hotel, otro alberga restos arqueológicos importantísimo, que nadie toma una decisión, cuando sólo hay una, su conservación y su puesta en valor para que el ciudadano lo pueda ver, visitar y entender cuál fue nuestra historia,… Y el tema, con perdón, no quiero perjudicar a los hosteleros, pero el uso y el abuso de las terrazas es increíble, casi sólo puedes pasar si los que vienen de frente, se apartan. Y con todo el respeto, también, las tiendas. Estoy en contra de que la Rúa parezca Benidorm. Una ciudad Patrimonio de la Humanidad no es Gandía. La Rúa es una pena como está maltratada.
¿Qué ocurre con el Botánico?
Es otra ruta turística que está infrautilizada y podría ser muy potente. Se puede ir por Serrano, que tiene mucho potencial turístico importante, pero sólo si cuidamos las casas que hay, si además la Universidad lleva a caso lo que pretende hacer en el Colegio San Bartolomé, ‘Bartolo’ para nosotros, el centro de estudios del Español, esa ruta nos lleva a las ruinas del Botánico, que se están deteriorando a pasos agigantados. Nadie lo cuida, que es de la Universidad, y hay un potencial cultural, artístico e histórico muy grande.
¿Qué proponen ustedes?
Lo primero restaurar y reparar lo que hay en las ruinas del Botánico. Hacer un Aula, limpiarlo todo. Además, tienen una facultad de Arqueología dónde los alumnos podrían hacer prácticas. No hace falta irse al Teso de Cabrerizos, se pueden hacer ahí las prácticas de Arqueología. Hemos propuesto una idea que podría ser interesante, se nos ocurrió al hilo de lo que está ocurriendo en Siria.
¿Sí?
Sí. Aquí se puede hacer un Aula Explicativa de lo que suponen los desastres de la guerra, utilizando lo que ocurrió aquí en la Guerra de la Independencia, que fue cuando se destruyó mayormente ese entorno. Luego, también se ha destruido con el parking, pero eso es otra historia. Sería muy interesante conservarla y potenciarla. Nos duele, además siendo de la Universidad…
Para el VIII Centenario…
Eso estaría bien.
De aquí, vayamos al río. ¿Cómo se podría sacar partido al Tormes?
Sí hubiéramos conseguido que el puente Enrique Estaban fuera peatonal los días de fiesta, podemos potenciar una ruta nueva que sería bajar por la calle San Pablo, que tiene más monumentos que la Rúa. Llegamos al puente Enrique Esteban, nos asomamos por los alrededores del río, subimos por el puente Romano y los salmantinos y los visitantes tendrían una ruta impresionante.
¿El río no debería ser Patrimonio de la Humanidad?
Una parte sí lo es, pero no todo está dentro del perímetro. Eso sí, es entorno BIP. Pero, debería incorporarse, porque es muy bonito. Nosotros vamos a hacer una campaña sobre este tema, porque en el entorno del río hay elementos que deben ser conservados, que son patrimonio.
Es el presidente de la Asociación en Defensa del Patrimonio. ¿Cuál es su rincón preferido?
Llevo viendo aquí desde los 10 años, por lo que tengo muchos lugares por distintos motivos. Hay un lugar que quiero mucho que son las escaleras de La Clerecía y de la entrada a la Universidad Pontificia, porque estudié allí. Para mí, tienen unos recuerdos muy gratos. Es precioso el sitio. Estudié allí en los años heroicos, comencé en 1968 y terminé en 1972, con eso lo digo todo. Esa zona tiene muchos afectos especiales. Hay más, como la Plaza de San Román, pasear la calle Libreros, donde te sientes ‘Licenciado’, o la plaza de San Boal, que es un recinto de paz y tranquilidad. Además, tengo recuerdos muy positivos…
Le tiró los tejos a una chica que estudiaba Empresariales…
No… Eso fue en las escaleras de La Clerecía. (Risas)
Acabáramos…
(Risas)