«La verdadera inteligencia es saber aprovechar esas capacidades que todos tenemos»

Jero Hernández consiguió el récord de permanencia en Pasapalabra, 121 programas. No se llevó el ansiado rosco, pero sí 132.000€ que repartió entre su familia, la Asociación Cáritas, el Centro de investigación contra el Cáncer y el Parque Científico de la Universidad de Salamanca.

¿Qué relación mantiene con el dinero?
Imagino que parecida a la que mantenemos todos. Es algo que necesitamos para la vida, pero no me preocupa especialmente. El hecho de obtener premios en los concursos, que he estado cerca de premios muy cuantiosos, es una idea atractiva para querer plantearte cosas en la vida, vivir con más tranquilidad o emprender proyectos. En este sentido, a veces es interesante, pero no me quita el sueño. Gracias a Dios tengo trabajo y me proporciona el dinero que necesito.

¿Da satisfacciones ser filántropo?
Tampoco me considero un filántropo.

Dentro de sus posibilidades, parte del premio que obtuvo en Pasapalabra lo donó.
Para mí, ser filántropo es aquella persona que destina mucha parte de sus recursos económicos y de su actividad a contribuir la mejora de la humanidad. Por lo que no es mi caso. Sólo le he dedicado una pequeñísima parte a unos proyectos que tenía en mente.

¿Recibimos el doble de lo que damas?
A veces recibimos mucho más. Como dice el dicho: lo que no se da, se pierde. Pero, no siempre es así, porque hay personas que dan mucho y lo reciben o tarde o muchos años después de haber muerto. Por lo que, la satisfacción está en poder dar y compartir cosas con los demás, al final, el compartirlas, hace que seas mucho más feliz.

Vivimos en una sociedad en la que los medios de comunicación y redes sociales tienen mucho protagonismo. ¿Para qué los utilizaría usted?
Son herramientas que se pueden utilizar para muchos fines. Creo que la labor fundamental debe de ser informar a todo el mundo para que sus posibilidades y sus opciones de vida estén los más informadas posibles y también, para hacernos crecer y aprender. Las redes sociales son un instrumento para la relación personal que puede ser muy valiosa. Desde un grupo de WhatsApp, hasta un medio de expresión como puede ser Twitter para lanzar un montón de inquietudes y poner en común a personas muy diversas. Creo que el problema que pueden tener es caer en la trivialidad o a veces distraernos de la vida real. No obstante, creo que son muy valiosos en la medida que nos acercan a las personas y terribles si contribuyen a molestar, hacer daño, injuriar,…

Por curiosidad. ¿Qué coeficiente intelectual tiene?
No lo sé, la verdad. No me preocupa lo más mínimo.

¿Ni siquiera ha hecho un test de los que hay en Internet?
No, porque por los estudios que tengo, -estudió Magisterio y Pedagogía- sé que la inteligencia es algo complejo. De hecho, se habla de las inteligencias múltiples. Creo que todos tenemos talentos o afinidades para cosas y la verdadera inteligencia es saber aprovechar esas capacidades que tenemos para aplicarlas en nuestra vida. Hay personas que pueden ser muy inteligentes, pero son unos inadaptados porque no lo aplican o no les sirve para ser más felices o para hacer más felices a los demás.

Dalí decía que todos somos genios, aunque fuera tirándonos pedos.
Pues no lo creo. Creo que un genio es una persona excepcional y hay muy poquitas.

¿Quién sería un genio para usted?
(Se lo piensa) He conocido a personas en concursos, no diré nombres para no ser injusto, con un talento desbordante. Me consta que tienen trazos de genialidad, pero les cuesta canalizar todo ese potencial en una actividad concreta. En la Universidad de Salamanca también hay genios, tampoco voy a decir nombres, pero hay profesores con muchísimo talento. Es difícil valorar la genialidad y a veces, confundimos el término. Voy a hablar de mí. Algunas veces contestas a preguntas raras y te llaman genio, pero, eso no es la genialidad. Un genio es una persona que tiene un talento en un campo y lo trabaja, sea un pinto, un escritor,… Es un campo muy difícil de valorar.

Picasso decía que la inspiración me pille trabajando…
Sí, estoy más de acuerdo con esto, porque el talento o la genialidad si no se cultiva, se pierde. Es evidente que hay que trabajar y sobre todo, concentrar el talento que tengas en algo concreto.

Suponemos que es curiosos…
Sí.

Y le interesan muchos y diversos temas…
Sí.

Pues, ¿díganos uno de ellos que de verdad lo fascine?
Va por temporadas. (Risas)

Temas de verano, de otoño, de invierno…
No. (Risas)Ahora, me interesa mucho la ciencia y la divulgación científica. Por ejemplo: El descubrimiento reciente de las ondas gravitacionales. Hace unas semanas, tuve la ocasión y el placer, gracias al doctorado Honoris Causa reciente de Víctor García de la Concha y José Narro, de conocer y conversar con José Manuel Sánchez Ron. Me pareció una persona excepcional. Poder hablar con él de los artículos y estudios que tiene sobre las ondas gravitacionales fue fantástico. Son hechos que despiertan en mí la curiosidad por toda esa parte de la física de la que soy un mero aprendiz de aficionado, pero que me parece un campo maravilloso.

¿Qué más cosas hay por el mundo que se la despierten?
También me despierta curiosidad la serie que se rodará en Salamanca o la novela que ha sacado Christian Gálvez sobre Miguel Ángel. Me empujan a saber más sobre lo que pasó en el Renacimiento. Es muy bonito, cuando un tema, un símbolo, un escudo despierta tu curiosidad, te adentres un poco en él y descubras un mundo sobre ciencia, arte o una persona que desconocías. Hay que estar atento y con los ojos abiertos, porque si estamos así, encontramos muchas cosas que pueden despertar nuestra curiosidad y nos pueden relacionar con otros mundos que desconocíamos. Lo bonito es ampliar tu propio campo y el de los demás a los que te vas acercando en la vida.

Estamos en el año de Cervantes. ¿Qué destaca de El Quijote?
Esos diálogos entre Don Quijote y Sancho. Esas diferentes percepciones de la vida. Siempre te enseña algo cuando lo lees, a tener los pies en el suelo y al mismo tiempo plantearte cosas que parezcan inalcanzables. Buscar ese equilibrio, creo que es el meollo de El Quijote y quizá el de la vida.

Quizá por eso sea un libro atemporal.
Creo que sí. Tiene todos los elementos que se encuentran en los clásicos, que los puedes leer en cualquier época y a cualquier edad y siempre tienen algo importante que decirte.

¿Qué cree usted que le puede dar El Quijote a una persona oriental o la esencia del ser humano es la misma en cualquier cultura?
No lo sé, porque los referentes culturales de oriente, por ejemplo, se me escapa. En España, a veces tenemos una imagen tan rígida de don Quijote y Sancho, como tópicos, una persona de otras culturas los verá con los ojos limpios y los juzgará de otra manera.

Hablando de tópicos. Antes de que Cervantes escribiera El Quijote, ¿cómo cree usted que nos llamarían a los españoles porque ahora somos quijotescos?
(Risas) No lo sé. La figura del español sería distinta, tendrían otros referentes como Viriato o a lo mejor Santa Teresa de Jesús. Es un misterio. Quizá dentro de unos siglos a los españoles nos conozcan o nos relacionen con deportistas como Nadal, Gasol,… No sé. Son héroes de la sociedad actual, antes eran pintores o literatos. ¡Quién sabe!

Sigamos con Cervantes. ¿Qué podemos aprender de El Licenciado Vidrieras, estudiante de la Universidad de Salamanca?
Curiosamente, sobre esta Novela Ejemplar de Cervantes he tenido que contestar alguna que otra pregunta y no siempre he salido airoso. Centrándonos en la pregunta, me quedaría con la delicadeza y sensibilidad, no llevada al extremo de una enfermedad mental como acabó el pobre estudiante, pero a veces nos perdemos un poco lo cotidiano del día a día y pasamos por alto las pequeñas, medianas o grandes maravillas que tenemos a nuestro alrededor, sobre todo en las personas y quizá ser delicados como el cristal o tratar a los demás como si fueran así de frágiles, es lo que aprendería del Licenciado.