[dropcap]M[/dropcap]uchas familias ya están organizando las actividades de verano para sus hijos. Lo ideal es que cuando piensan en esa elección sea por el bien de los hijos, pero sucede que en muchos casos es para dar solución a la incompatibilidad con los horarios laborales, o porque no están dispuestos a aguantar a los hijos todo el día en casa durante el largo periodo de vacaciones escolares. Sea por la causa que sea, vamos a ofrecer algunas reflexiones y opciones para organizar el verano:
Campamentos urbanos
Es muy cómodo para las familias que no pueden enviar a sus hijos a otros campamentos rurales o de playa. Tienen la ventaja de que son muy aptos para niños pequeños porque suelen ser de unas horas o media jornada. Son motivadores y divertidos, se suelen realizar actividades pictóricas, teatro, juegos, visitas a museos…..
Campamentos tradicionales
Es una experiencia que todos los hijos deberían tener. Ayudan a eliminar apegos con los padres y favorece la independencia y la madurez en los más pequeños.
Es un periodo para socializarse y aprender a ser tolerante.
Es aconsejable que se participe a partir de los ocho años. El tiempo de estancia si es la primera vez que los niños acuden, no debería de pasar de los ocho días, en años posteriores se puede ir aumentando hasta quince días o más.
En este tipo de campamentos al estar en contacto con la naturaleza, se realizan muchas actividades que durante el resto del año no suelen realizar y que son muy beneficiosas como son: caminatas de senderismo, yimcanas, baños en ríos y deportes acuáticos, veladas de fuego de campamento, con canciones, bailes , magia, chistes….
Una de las ventajas más grande de acudir a un campamento es que los niños aprenden a comer de todo y realizan actividades asignadas a cada uno sin oponer resistencia. ( Maduran)
Normalmente se restringe el uso del teléfono y de máquinas de ocio, y esto es un gran reto para algunos, pero muy beneficioso.
Campamentos de idiomas
Es una opción que va en aumento. En España están ofreciendo la oportunidad de acercarse al aprendizaje de idiomas de una forma divertida y basada en el aprendizaje significativo. Los niños realizan actividades de ocio pero siempre en la lengua que se está aprendiendo. Es una inmersión total y están dando buenos resultados.
Son el anticipo de cursos intensivos en el extranjero.
Lo importante a la hora de elegir es considerar las ventajas e inconvenientes para los hijos y es fundamental conseguir el consenso con ellos. Que nunca sea una actividad impuesta porque entonces será muy perjudicial para todos.