Cada año cuando se acercan estas fechas, las familias comienzan a planificar las vacaciones. Los centros escolares rematan las últimas pruebas de evaluación y califican en los boletines de notas a los alumnos. Ha sido un curso largo para unos y muy corto para otros, dependiendo de las experiencias.
Es bueno que desde casa se realice también una evaluación. Se analicen todos los logros que se han alcanzado por parte de los hijos y no sólo los buenos resultados académicos, también los obtenidos a nivel personal y que han ayudado a madurar y a ser mejores personas. Así mismo realizar una evaluación de los fracasos para extraer una lección de esas experiencias y planificar una serie de tareas de refuerzo para poder lograrlos.
Algunas familias caen en el gran error de premiar a los hijos que logran buenas calificaciones con cosas materiales, que año a año se encarecen cada vez más. Esta práctica lleva a los hijos a no ver el esfuerzo académico como una obligación de su edad escolar y un provecho para su vida.
Por otro lado están los hijos que llegan a casa con dos, tres más asignaturas suspensas. Algunos padres arremeten contra el profesorado para atribuirle su fracaso. Otros, castigan a sus hijos de manera desmesurada y difícil de cumplir y que en pocos días se les olvida consiguiendo así, un efecto contradictorio en los hijos y una pérdida de autoridad por parte de los padres. También es común retirar el premio que les habían prometido si aprobaban. Se les deja sin actividades lúdicas y deportivas, como por ejemplo sin ir a la piscina.
Desde estas líneas vamos a sugerir algunas recomendaciones para el verano.
- Los niños que no alcanzan todas las asignaturas, tienen que organizar el tiempo de verano para conseguir unas horas de estudio y poder alcanzar los objetivos en las siguientes pruebas. El horario irá de acuerdo al número de suspensos. Es preferible que sea por la mañana, ya que estarán más receptivos al aprendizaje.
- Es imprescindible compaginar estudio con actividades lúdicas y deportivas que les facilitarán la relajación.
- Evitar actividades pasivas delante de máquinas de nuevas tecnologías.
- Cuando den vacaciones los colegios será muy positivo que los niños vagueen al menos una semana. Sin presiones ni obligaciones para relajarse.
- El verano es una época excelente para efectuar actividades que durante el curso no pueden o tienen tiempo, cursos de idiomas, campamentos, visitas culturales como pueden ser a museos, zoo, bibliotecas, o viajes a casa de familiares y amigos que no viven en la misma ciudad. Si es en otro clima como la playa o la montaña mejor.
Lo importante es hacer una buena planificación familiar de este periodo estival para que repercuta en beneficio de toda la familia.