Pleno Popular

Que el PP gane unas elecciones en Salamanca no es noticia, salvo para los forofos y quienes viven de él, que no son pocos y así ven aliviado su bolsillo para otra temporada.

Cuando llega una cita electoral la emoción se centra ya en ver por cuánto es la goleada, y si empieza a resquebrajarse su dominio.

Lo que ya acaba siendo abrumador es que su victoria sea tan contundente y aplastante como la que obtuvo este domingo en las elecciones generales.

Ganó en todos los barrios y, lo más llamativo, en todas las mesas electorales, excepto tres.  Las mesas díscolas fueron una ubicada en un colegio del a calle León Felipe (Barrio del Oeste), donde ganó el PSOE por cuatro votos, otra del colegio de Buenos Aires, donde los socialistas ganaron por ocho votos, y otra de la escuela municipal infantil de El Zurguén, donde ganó Ciudadanos por dos votos.

No merece la pena sacar las mayores goleadas, porque bastante depresión tendrán ya sus adversarios, que juegan en otra liga y solo aspiran a encontrar alguna satisfacción en ser los primeros de segunda división.

El PP ha instalado el monopartidismo en Salamanca, superando por la derecha a uno de sus referentes preferidos, el régimen venezolano.

Datos

Este domingo obtuvo 39.550 votos en la ciudad del Tormes, 3.278 más que el 20D. Fue, cómo no, el único que mejoró sus resultados, cuando parecía que se habían dado las condiciones idóneas para seguir escarbando tras sus últimos resultados.

Él solo suma casi tantos como el resto de sus adversarios juntos, los de segunda división, que van a tener que mirar al banquillo a ver si algo más aprovechable, o planificar mejor la temporada.

El PSOE obtuvo 17.065 votos y está exultante porque, a pesar de que perdió 521 y se aproxima a la irrelevancia, este domingo ganó a los comunistas. Eso es de capital importancia en una refriega donde el asunto venezolano ha tenido un protagonismo extraordinario. Eso de ser el mejor segundo es una gozada.

Ciudadanos obtuvo 14.038 votos, 1.394 menos que en diciembre y se quedó a 676 de retener el diputado que arrebató al PP en diciembre, pero esas proezas no suelen repetirse cuando uno juega en otra liga y a veces quiere ser el filial del líder.

Unidos Podemos sumó 12.182 votos. 3.770 menos de los que obtuvieron por separado Podemos e IU en diciembre. Ellos casi siempre han preferido jugar contra sí mismos, en lugar de medirse con los demás.

Vaya forma de ganar. Vaya forma de perder.